"Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya."
Antonio Machado

Tiempo de canícula agravada y sin circunstancias modificativas de su acción criminal. Distinta de aquella que reinaba en los veranos en los que algunos cumplíamos años, en la niñez como ahora, y nos regalaban juegos de Magia Borrás y libros de Enid Blyton variados, entre los que había uno llamado El circo Galliano. No me gustaban los libros de circos, ni los circos en sí, pero este lo tengo grabado en mis recuerdos estivales. Prefería la magia. En aquella caja mágica todos aprendimos que despistar a la audiencia es, junto con los compartimentos secretos, la base del ilusionismo. ¡Qué veranos aquellos! No seamos nostálgicos porque la historia rima, como dijo Byron. Nos ha quedado un estío pleno de ilusionismo, tal vez incluso de algo de circo. Hacía mucho que no veía a tanto político intentando que miremos a un punto para poder desplazarse en la sombra a otro. "Estos días azules y este sol de la infancia…”, fue lo último que alcanzó a escribir el poeta en Collioure. La rima.

La magia de los socialistas pasa por decir a todo el que quiera oírles que el pacto con Junts está hecho; que Puigdemont "no puede hacer otra cosa" que no sea investir a Pedro Sánchez. Te lo dicen gentes del gobierno y gente afecta y hasta peperos y no sé si es que de verdad están convencidos o si es que pretenden que nos dejemos caer a la sombra y no nos preocupemos para que las embajadas pertinentes peregrinen a la tumba del poeta al otro lado de los Pirineos. Lo cierto es que tanta pachorra asombra. Si Junts no puede hacer otra cosa, entonces no hace falta negociar nada, ¿no? Si, como pretenden, no le queda otro remedio que alinearse con la coalición progresista, ¿de qué van a hablar? Tiendo a creer que es ilusionismo, despiste, cortina de humo, porque otra cosa no se explica, aunque suenan tan convencidos que es difícil pensar que puedan estar tan confundidos.

¿Cómo les dices a los tuyos ahora que una cuestión política no puede convertirse en un asunto penal? ¿Cómo les haces entender que esto es demasiado serio para dejarlo en manos de los jueces? 

Me dicen que nunca se había buscado a tanta gente de Junts para tomar café en Barcelona. Acabarán de los nervios. Muchas veces parece que invitan a quien nada puede hacer. Tocan de oído, pero los otros se llevan la convidada. Eso no impide que las palomas mensajeras vayan llegando a donde tienen que llegar y me aseguran que también las gaviotas. Aquí podemos apreciar otro efecto de ilusionismo: ¿quién lleva razón, Rollán cuando dice que el PP también le puede tirar los trastos a Junts o Gamarra cuando lo niega? Me dicen que sí, que algo hay, pero en la trastienda. Me dicen que sí, pero que son otros los enviados. Si lo piensan bien, ¿por qué no iba a intentar Feijóo pactar con un partido como Junts y luego, de forma triangular, hacerlo con Vox en otras cosas? Y si esto les parece loco, véanlo de otra forma: ¿por qué no iba a dejar Puigdemont correr la especie de que los populares también están interesados para que el otro no se duerma en los laureles? Los roces en triángulo no son directos. Vean, por ejemplo, algo en lo que no reparan aquí en Madrid: el partido independentista Nueva Alianza Flamenca que ha dado apoyo político al president se integra en la Eurocámara en el mismo grupo parlamentario que Vox. Diferentes marcos.

Lo que hay aquí es mucha trastienda. Mientras nos enseñan lucecitas y destellos en las redes sociales y una declaración aquí y una carta allá, todo ocurre al fondo del establecimiento, tras la cortina. Como debe ser. Las negociaciones políticas, como toda negociación, deben permitir posiciones de salida que se reorienten hacia un posible acuerdo, algo que no puede hacerse a plena luz del día y en la batalla. El proceso que va a ser necesario para llegar a una investidura va a ser largo, va a necesitar discreción y gentes inteligentes con la mente abierta y la cintura bien engrasada. Esperemos que existan personas así porque la postura inicial de los socialistas, al menos tal y como la transmiten en Madrid, no puede ser más extraña. "Puigdemont no tiene otra opción que apoyar la investidura de Sánchez", proclaman. Lo cierto es que la frase debe ser invertida: el que no tiene más opciones que convencer a Puigdemont es Sánchez. Puede parecerles lo mismo, pero, desde luego, no lo es. Es como lo de ERC, que sí que no tiene otra opción, sus votos han estado en la faltriquera de Sánchez desde el principio, aunque ahora quieran subirse al carro de lo decisivo. En una investidura así, todo voto es decisivo. ¿Han oído a los de Iglesias decir que sus cinco diputados van a ir por su cuenta?

En la trastienda debe haber poca gente. Calculo que los líderes y otros dos o a lo sumo tres por partido. Los demás, mientras tanto, se dedicarán a manejar la caja de magia para mantenernos ocupados a los medios y sostenida a la afición, sin saber ellos tampoco mucho de lo que se cueza. Todo pende de un hilo y no sólo para la investidura, sino para toda la legislatura. Por eso el acuerdo, de haberlo, debería ser una amplia hoja de ruta que comprometiera a otros apoyos a los catalanes y forzara a repensar de forma seria y global todo el contexto de la relación con Catalunya. Toda crisis abre una ventana de oportunidad y esta no debiera ser menos si hubiera altura de miras. La dificultad es que los relatos se han ido amplificando y los socialistas —que apoyaron el 155 como el que toma ricino— que jamás hablaron de una respuesta penal, después se unieron al corifeo que gritaba "¡delincuentes!, ¡fugados!, ¡los sentaremos en el banquillo!" para evitar ser acusados de antiespañoles por la derecha. ¿Cómo metes ahora la leche derramada en el cántaro? ¿Cómo les dices a los tuyos ahora que una cuestión política no puede convertirse en un asunto penal? ¿Cómo les haces entender que esto es demasiado serio para dejarlo en manos de los jueces? Las cosas que se han dicho, las alegaciones que el Gobierno de Sánchez ha hecho en las instancias europeas, están ahí. ¿Cómo las borras, cómo las deshaces?

Es tiempo de magos en la trastienda.