La Muela es un pueblo de cinco mil habitantes situado a 20 kilómetros de Zaragoza. Hasta aquí, normal. Aviso: a partir de aquí nada más será normal.

De entrada La Muela tiene el record de España de imputados por habitante gracias a que 45 de sus ciudadanos fueron acusados de tantos delitos que prácticamente incluían todo el código penal. De entre otros, blanqueo, fraude, prevaricación, tráfico de influencias, fraude en subvenciones, negociaciones prohibidas y malversación. Pero vamos al inicio.

Año 1987. María Antonia Pinilla, del Centro Democrático y Social (CDS), gana las elecciones municipales y empieza una carrera que acaba 24 años después (¡¡¡24 años en el poder!!!) con un agujero en las arcas de 33 millones de euros (6.600€ por habitante). Pero eso no es lo peor.

Todo empezó el año 1990 cuando en el pueblo empezaron a instalarse unos cuantos parques de aerogeneradores. Eso provocó la entrada en las arcas municipales de unos ingresos desconocidos hasta entonces. Pero, a su vez, la proximidad a la capital revalorizó el precio del suelo hasta límites nunca vistos, tanto por la presión urbanística como por la industrial.

En resumen: entrada fácil de pasta y especulación desenfrenada. Y en plena fiesta, la alcaldesa decide construir una plaza de toros cubierta para que actuaran Julio Iglesias y la Pantoja, un polideportivo de 10 millones de euros pensado para 20 mil personas (le recuerdo que el pueblo tiene 5 mil habitantes) y con piscina olímpica climatizada incluida, tres museos, un aviario, un auditorio, un zoológico y un hotel sin permisos. Y, de regalo, viajes gratuitos al Caribe para los vecinos y una contratación desmesurada de personal por parte del Ayuntamiento sin ninguna oposición pública y sin dar ninguna explicación.

Como era de esperar, la burbuja explotó y el año 2009 y la alcaldesa acabó en prisión. Los investigadores calcularon que el clan familiar de María Victoria Pinilla se había embolsado 18 millones de euros y había conseguido un patrimonio inmobiliario que incluía fincas en Sotogrande y la República Dominicana y pisos en Madrid.

Después de 4 meses en prisión preventiva, fue puesta en libertad a la espera de juicio y volvió a ejercer como alcaldesa hasta 2011. El día de su retorno al pueblo, los vecinos le organizaron una fiesta de bienvenida y algunos dicen que está detrás de una de las listas que se presentaron a las últimas elecciones municipales.

Esta semana María Victoria Pinilla ha sido condenada a 17 años de prisión (le pedían 37) por un total de 14 delitos, a 78 de inhabilitación para ocupar cargo público y a pagar multas por valor de 9,9 millones de euros. También han recibido diversas penas y multas su ex-marido, tres hijos, la hermana y un primo.

En la vista oral, Pinilla dijo que quizás había cometido algunos "errores humanos" pero que "la envidia en este país es la más traidora y la peor enfermedad. Yo molestaba y tenían que eliminarme, pero a mí ningún vecino me gira la cara". Y, a parte de la sobredosis de demagogia, aquí es donde quería ir a parar.

España sufrió un robo generalizado de dinero público y privado nunca visto. Pegabas una patada al suelo y te salían 200 chorizos dispuestos a expoliar lo que hiciera falta. Cualquier pringado sin escrúpulos podía acabar paseando un coche de 90 mil euros y corbatas de 400.

Que la actualidad haya convertido en protagonistas a Pinilla y a La Muela nos recuerda una cosa que ya sabíamos: que para que aquello fuera posible, hacía falta la colaboración de una parte de la ciudadanía. ¿O los que viajaban gratis total al Caribe se pensaban que las misas salían de la ósmosis inversa? ¿Y todos los que entraron by the face en el Ayuntamiento a no dar golpe, qué, creían que aquello era magia?

Pero también nos recuerda el momento aquel en que dijimos que todo aquello nos había enseñado el buen camino y que no se repetiría nunca más porque ya habíamos aprendido la lección.

Pues bien, ya ha pasado bastante tiempo por poder afirmar que no sólo aquello fue fruto de la locura colectiva (sí, claro, ya sé que usted y yo somos puros y no tuvimos nada que ver con ello y que fue la mayoría sin nosotros la que enloqueció) sino que volverá a suceder.

Estamos rodeados 1/ de Marías Victorias Pinillas dispuestas a meter una mano a la caja y la otra al populismo más descarado y 2/ de pueblos y ciudades llenos de gente encantada de ir gratis al Caribe y de ser contratada por su Ayuntamiento a cambio de fidelidad y silencio.

Y espere que la señora Pinilla no salga pronto de la prisión y cumpla su amenaza de convertirse en abanderada de la regeneración. Sí, porque todavía hemos tenido que escucharla cómo, poniéndose la medalla de la regeneración, excretaba: "Hay que separar a los poderes porque este país no hay quien lo reconozca. A ver si Ciudadanos nos trae ideas jóvenes y frescas".

¡¡¡HORROR!!!