El diccionario enciclopédico francés Larousse incluirá la palabra remontada en su nueva actualización. El culpable de esta novedad es el partido Barça-PSG que se jugó el 8 de marzo del 2017 en el Camp Nou y en el que el mejor Neymar que se vio en Can Barça fabricó un 6 a 1 que superaba el 4 a 0 de la ida en París. Aquel partido, que explica muchas cosas, no tiene título detrás, pero ya forma parte de las enciclopedias. La noticia la hemos conocido en pleno confinamiento, un confinamiento que, obviamente, ha parado el fútbol. Porque el fútbol, ​​guste o no, es un espejo de la sociedad. Por eso ahora vuelve. Y es una buena noticia. Quizás ustedes pensarán que la gravedad de la crisis sanitaria que hemos vivido ha desnudado una sociedad que idolatraba a Leo Messi e ignoraba a los científicos que nos han salvado. Seguro. Pero este es otro debate. La realidad es que el fútbol sigue siendo el invento que mejor nos retrata. Y que Pedro Sánchez, en su primera homilía optimista en casi tres meses, anunciara el sábado que vuelve la Liga, forma parte de la lógica más elemental.

Esta semana, a raíz del combate entre los púgiles Fernando Grande-Marlaska y Diego Pérez de los Cobos, y pasada la urgencia del día a día, hemos rebobinado a aquellos primeros días de marzo. Y el fútbol también nos los explica. Siempre hay un partido que lo explica todo. Un estudio de Edge Health, una institución que analiza datos del Servicio Nacional de Salud Británico, y publicado por el Sunday Times, concluye que el partido Liverpool-Atlético de Madrid disputado el 11 de marzo y al que asistieron 3.000 madrileños, provocó 41 muertos por coronavirus. Es una cifra estimada, pero el director de salud pública de Liverpool, Matthew Ashton, ya dijo el 3 de abril que jugar ese partido fue un error. Según el Imperial College de Londres y la Universidad de Oxford, en España ya había en aquellos momentos 640.000 casos. No sabemos aún nada de cierto porque oficialmente hay ahora en España 236.000 casos, y tardaremos en poner orden. Pero lo que está claro es que ese mismo día, 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud declaró el coronavirus pandemia global, y sólo dos días más tarde Pedro Sánchez declaraba el estado de alarma.

El deporte en general y el fútbol en particular son un reflejo de la sociedad. Por lo tanto, la vuelta de la Liga explica también el momento. Un relajamiento del confinamiento más duro del mundo

De hecho, hay otro evento deportivo que explica la desorientación de los gobernantes y las decisiones erráticas, ya la semana antes de este partido. "La decisión de aplazar la prueba se ha tomado siguiendo las recomendaciones de prudencia en eventos deportivos internacionales y teniendo en cuenta que el 52% de las cerca de 17.000 inscripciones en la edición de este año de la Maratón de Barcelona corresponden a personas fuera del Estado", decía la cuenta oficial en Twitter del Ayuntamiento de Barcelona el 7 de marzo. La maratón se tenía que haber celebrado el 15 de marzo. El mismo 7 de marzo Fernando Simón dijo que, a diferencia de esta prueba, las manifestaciones del 8-M eran para nacionales. Y que, por tanto, no habría una afluencia masiva de personas de riesgo. Pero, por ejemplo, no era para nacionales que 3.000 madrileños viajaran a Liverpool.

Así que, ya ven. El deporte en general y el fútbol en particular son un reflejo de la sociedad. Por lo tanto, la vuelta de la Liga explica también el momento. Un relajamiento del confinamiento más duro del mundo, pero, eso sí, con la profilaxis que faltó al inicio de la crisis. Partidos sin público. No son las terrazas, ni los restaurantes, ni siquiera las playas lo que nos marcarán el fin de la distopía. El día que 100.000 socios aclamen en las gradas del Camp Nou un gol de Leo Messi, habremos culminado, según el diccionario Larousse, la remontada.