El poder blando es la habilidad que tienen los estados para persuadir a otros países evitando el uso de la fuerza. ¿Cómo? Utilizando medios más sutiles como la diplomacia, la cultura ―cine, gastronomía o música―, el modelo social o los valores políticos. El término lo creó en los años noventa Joseph Nye para explicar cómo modificar la percepción y comportamiento de terceros países. Los reyes de la combinación del poder duro con el poder blando han sido los americanos. La Unión Europea es más bien una potencia blanda gracias a la gran capacidad diplomática de franceses y alemanes y a los valores políticos que pregona: paz, democracia y respeto a los derechos humanos. El índice Soft Power 30 de 2019 estaba liderado por Francia, Reino Unido, Alemania, Suecia y Estados Unidos.

Pero he aquí que ha llegado la crisis del covid y la llamada diplomacia de las vacunas. Y, si no ha provocado un vuelco, al menos está alterando este ranking en el mundo. Porque Estados Unidos ―y la Unión Europea― están perdiendo influencia en el mundo en beneficio de Rusia y, sobre todo, de China. Y eso a pesar de que el virus salió de ese país. Pero, ah, la inacción de Estados Unidos en la gestión de la crisis llevó a China, por ejemplo, a enviar enseguida material médico a Italia, el país más afectado de Europa en ese momento, que no recibió ayuda de la Unión. Y no fue el único país europeo ayudado por los chinos. De hecho, el propio virus se conoce como covid-19 y no gripe china porque los diplomáticos chinos hicieron bien su trabajo, especialmente en la OMS.

El poder blando lo tienen los estados, pero también los que no lo son. La primera vacuna española llegará de la decadente Catalunya. Cosas de la vida

Después llegó la carrera por la vacuna, en uno de los casos de mayor cooperación internacional de la historia, pero también de lucha geopolítica. Ya hay 16 vacunas efectivas. Las más destacadas son Pfizer y Moderna, de origen norteamericano, a pesar de todos los pesares. Y también está la británica AstraZeneca. Pero los rusos fueron los primeros en anunciar la vacuna y la bautizaron como Sputnik V. Y China tiene Sinopharm y Sinovac. Y resulta que chinos y rusos están ganando la partida de la diplomacia de las vacunas. Los americanos, por ejemplo, tardaron tanto en escuchar la súplica de México que las primeras vacunas que llegaron fueron las chinas. De hecho, China ha priorizado a América Latina y África. ¿Por qué? Obviamente, para ganarse su favor. Sea en la ONU, en acuerdos comerciales o en la disputa con Taiwán. Rusia, por su parte, vende a las ex repúblicas soviéticas, al eje del mal, a Serbia o a Hungría. Incluso Israel intenta el reconocimiento de Jerusalén como capital exportando vacunas. Y los cubanos tienen la Soberana e inmunizarán a la población con su propia vacuna.

¿Y España? España envía las vacunas a América Latina y a Marruecos. En el citado índice Soft Power previo a la pandemia, España estaba en el puesto 13 y, según la consultora Portland, la crisis con Catalunya lastraba su acceso al top 10. Otros indicadores dicen que la gestión de la crisis del coronavirus la ha hecho subir en el ranking. Pues bien, ahora va a llegar la primera vacuna española contra el coronavirus. La responsable del proyecto es Hipra, que el pasado día 15 recibió la aprobación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para iniciar los ensayos clínicos correspondientes a la fase IIb. Ahora que nos hablan de la dosis de refuerzo, las previsiones dicen que la vacuna de Hipra podría estar disponible en el primer semestre del 2022. De hecho, ya se está probando como tercera dosis en un millar de pacientes y en 10 hospitales españoles, entre ellos el Clínic, Can Ruti o el Trueta. Ah, Hipra es una farmacéutica catalana, referente en salud animal, que ha dado un paso hacia salud humana, tiene 39 filiales en el mundo, distribución en 100 países y espera fabricar 600 millones de dosis en 2022 y 1.200 millones en 2023 de una vacuna fácil de conservar. Por cierto, la web dice que la sede central está en la provincia de Gerona. Cierto. Está en Amer.

El poder blando lo tienen los estados, pero también los que no lo son. Y dentro de los estados también hay poder blando. La primera vacuna española llegará de la decadente Catalunya. Cosas de la vida. Hipra ha comprometido ya 50 millones de dosis para Vietnam.