No se pueden ver. Allí donde Carles Puigdemont dice que "entre ser presidente o presidiario, prefiero ser presidente", Oriol Junqueras escribe que "Sócrates, Séneca y Cicerón tuvieron la oportunidad de huir y no lo hicieron" y que él se quedó en Catalunya "por responsabilidad hacia sus ciudadanos". Y allí donde el líder de ERC pone ética, Puigdemont dice que "todos sabemos dónde estábamos y qué hicimos”. Allí donde Puigdemont suelta que ya hablará después del juicio, Pere Aragonès responde que Oriol Junqueras sólo hablaba de sus convicciones. Y allí donde Pere Aragonès pone paz, Clara Ponsatí ―en el exilio escocés― tuitea irónicamente que está leyendo, justamente, a Sócrates, Séneca y Cicerón. Lo que está bien, porque los que no conocemos su vida, el alegato de Junqueras nos ha servido para descubrir en una búsqueda rápida que, ciertamente, aunque a Sócrates su discípulo Critón le había preparado la fuga, cuando lo condenaron a muerte por irreligioso y corruptor ―intelectual― de los jóvenes, él se acabó tomándose serenamente la cicuta. O que Séneca murió al estilo romano abriéndose las venas plácidamente dentro de un baño de agua tibia cuando lo condenaron a quitarse la vida. Lo que más me ha costado encontrar es el paralelismo con Cicerón, a quien los soldados de Marco Antonio le cortaron la cabeza y las manos cuando intentaba huir. Pero vaya, será por sus Filípicas como cabecilla de resistencia contra quien, como César, estaba hechizado por la nariz de Cleopatra. Y quien se acabó quitando la vida también. Qué manía.

El nuevo pulso entre los dos líderes del independentismo coincidió casi con el día en que los diputados de Junts per Catalunya exigían a la "mayoría independentista" del Parlament que se haga efectivo el nombramiento del de Amer como president, con Roger Torrent en el punto de mira, que por algo lo han llevado al pérfido Tribunal Constitucional. Esta es la foto fija del momento político a las puertas del juicio del 1-O, donde habrá políticos de ERC y de la antigua Convergència. Y también, por cierto, del presidente de Òmnium Cultural y el expresidente de la ANC. Lo que, dicho sea de paso, hace errónea la expresión "políticos presos" y refuerza, en cambio, la de "presos políticos".

La unidad sólo sirve, de momento, para tirársela por la cabeza 

Esta es la foto fija, pero, a pesar de las llamadas a la unidad del sábado por parte de la Crida y de la propia secretaria general de ERC, Marta Rovira ―en el exilio, por cierto, de Ginebra―, la unidad sólo sirve, de momento, para tirársela por la cabeza. Unidad, sí, pero la mía. No se pueden ver. Gobiernan juntos y no se pueden ver. Eso sí que merece un espectáculo del Cirque du Soleil. A su lado, los equilibrios de Leo Messi no son nada. Ya que hablamos de arte, que dejen en paz a Bruce Springsteen y el No surrender y, ya que hace 50 años del último concierto de los Beatles, que se pongan Hey, Jude de banda sonora, que nace de una canción de Paul McCartney para el hijo de John Lennon, Julian, tras el divorcio de sus padres. Y que piensen que algo sí que los iguala: después de aquella declaración de independencia con cara de enfadados, desaparecieron todos.

Bueno, el caso es que no se pueden ver, pero esto no es ningún problema. Son políticos de partidos diferentes. Y si fueran del mismo y no se pudieran ver, tampoco habría problema. A la política no se va a hacer amigos. En todo caso, el problema es que hay desorientación y malestar entre los ciudadanos independentistas y, aunque seguro que los políticos son capaces de verlo, no son capaces de dar una respuesta. No Puigdemont y Junqueras, sino sus respectivos bloques, que tampoco se pueden ver. El problema es que gobiernan juntos y deben dar respuestas a los ciudadanos, sean independentistas o no. El problema es que el momento requiere que se pongan de acuerdo dentro de cada bloque independentista. Y entre el bloque independentista y el que no lo es. Y entre el bloque Catalunya y el bloque España. El problema es que hay que encontrar una solución política y están en campaña permanente, allí y aquí.

He buscado frases de los tres filósofos. Cicerón dijo que "todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar mucho tiempo". Lo pueden aplicar donde quieran, pero me parece muy claro. Séneca dijo que "ningún viento es favorable, si no sabes dónde quieres ir". Este es el drama actual, aunque lo que no sabía Séneca es que al final el rumbo te lo puede marcar la calle o el juez Marchena. Pero me quedo con el clásico de Sócrates, aplicado a los sufridos ciudadanos que intentan (intentamos) entender algo: "Sólo sé que no sé nada".