El Tribunal Supremo español ha rechazado una querella del expresidente del Barça Sandro Rosell y su socio Juan Besolí contra la jueza de la Audiencia Nacional española Carmen Lamela, por haberlos tenido dos años en prisión preventiva por un caso de blanqueo del que fueron absueltos al no acreditarse las acusaciones. 643 días de cárcel por la cara bonita de Lamela, premiada con una plaza en el Supremo, claro. La noticia es de ayer por la tarde.

Más o menos de la misma hora que supimos que el extesorero del PP Luis Bárcenas ha enviado una carta a la Fiscalía explicando que Mariano Rajoy usó una máquina de estas que trituran papel para eliminar la documentación de la caja B del partido sistémico. Todo un giro argumental. Quién iba a decir que aquel "M.Rajoy" que había cobrado dinero en negro era Mariano Rajoy. Huelga decir que el hombre que presidió un partido experto en blanqueo no conoce la prisión preventiva. "Una España en la que todo valía", ha escrito Bárcenas.

Esta semana hemos sabido también que a Laura Solé le piden 5 años y 11 días de prisión, repito, 5 años y 11 días de prisión, por haber participado en las protestas post-sentencia, antes de la cual, por cierto, los políticos —y Jordi Cuixart— ya pasaron dos años en prisión preventiva. Laura Solé pasó 36 días en Mas d'Enric. La había detenido la Policía Nacional española tirándole del pelo.

La justicia, la poca tolerancia a la disidencia, la monarquía o la llave de la caja son problemas sistémicos del Reino de España

Pablo Hasél está a pocos telediarios de entrar en prisión, condenado por la Audiencia Nacional por cantar rap y tuitear. Entre otras cosas, sobre el mismo rey Juan Carlos el Bobón, el Estado en sí mismo, ahora emérito, fugado porque era ladrón y el mantenimiento de la corte del cual en los Emiratos Árabes paga Patrimonio Nacional. Un pozo sin fondo que también costea las tres piscinas del preparao.

Según la ONG Freemuse, España fue el país del mundo que en 2019 tenía más condenas vigentes de prisión contra artistas. Pero este no es el único ranking que encabeza. Esta semana hemos sabido que es el Estado de la Unión Europea con un paro juvenil más alto. Un 40,7%. Un 40,7%. Lo repito porque se dice rápido. Y no es líder por poco, eh. Los griegos, que son segundos, tienen un 35%.

En cambio, España es el estado de la zona euro que menos ha invertido para combatir los destrozos, no de la Covid-19, sino de las decisiones que se han tomado para combatirla. Un 1,3 por ciento del PIB en ayudas. La media de la zona euro es del 4%. Y también esta semana se ha hecho público un estudio de varios expertos, entre los que está Albert Carreras, que fue secretario de Economia i Finances, y que dice que el gobierno de Catalunya tendría 9.000 millones de euros más cada año si tuviera un trato fiscal similar al del País Vasco. Ahora mismo, Catalunya es la comunidad con menos recursos por habitante.

Disculpad el resumen de prensa. Sólo es para entender por qué cada vez que hay elecciones pesa tanto el eje Catalunya-España. Y que conste que de Catalunya también se puede hacer un memorial de agravios, en algunas cosas, como la corrupción, muy parecido al español. Pero la justicia, la poca tolerancia a la disidencia, la monarquía o la llave de la caja son problemas sistémicos del Reino de España.