La campaña electoral, en general, ha empezado sin sorpresas con respecto al posicionamiento de cada formación política; eso sí, con alguno que otro anuncio chillón y para de contar. ¡Verano Azul ya no podrá ser lo que era nunca más! Es cierto que para las próximas elecciones del 23 de julio, excepto alguna sorpresa grande que puede haber, lo más interesante es ver cómo navega hasta puerto el Movimiento Sumar, por la dificultad que comporta haber aglutinado 15 formaciones políticas diferentes, que comparten, eso dicen, un "proyecto de país para la próxima época".

Apenas empezar en Catalunya ya ha chirriado el invento, no desde fuera, desde dentro, por el tema del referéndum y la autodeterminación del pueblo catalán. Aina Vidal, la cabeza de lista de los comunes por Barcelona, ha pasado en muy pocas horas de reivindicar el referéndum y el derecho a decidir, a desdecirse de sus palabras y quedarse en el diálogo, la desjudicialización y la mesa para hablar con el Estado. El mitin de campaña, el primero en Catalunya, en Cornellà, de Yolanda Díaz, ha dejado claro que no hay nada nuevo y sí mucho de lo mismo. Es decir, más PSOE; ¡que es lo mismo que el PP, por mucho que, cada vez que le conviene, disimula!

Lástima que poner los derechos humanos en el centro, entre ellos el de la libre determinación de los pueblos, solo lo contemplen para su política exterior

En el caso de Sumar hay, sin embargo, una cuestión que lo hace mucho más sangrante: si no se desdicen una vez más, llevarán, según ha declarado Urtasun, en su programa electoral la defensa de la autodeterminación para el Sáhara Occidental. Lástima que poner los derechos humanos en el centro, entre ellos el de la libre determinación de los pueblos, solo lo contemplen para su política exterior. Con un par de narices, para decirlo finamente.

En Sumar piensan que pueden no ser demócratas y respetar los derechos humanos en casa, pero si los reivindican fuera, ya salvan la cara. Cuánto morro político. Este es el progresismo revolucionario español, a pesar de que de una formación que se denomina utilitarista no se puede en absoluto esperar gran cosa. No es que no sepan qué es la democracia o los derechos de las personas y los pueblos, es que hay pueblos y pueblos, y hay intereses políticos e intereses políticos. ¡Me queda claro a qué "confluencia" se refieren!

En definitiva, ningún partido español, por más nuevo que sea, por más moderno o progresista que se presente, por más políticos y políticas catalanes y catalanas que integre en sus filas, con respecto a Catalunya y a sus derechos y, por lo tanto, los nuestros como ciudadanas y ciudadanos que vivimos aquí, nada de nada. Cuando hablan de proyecto de país vuelve a ser un proyecto español al uso.