Madrid. 23.15 horas del jueves 14 de abril de 2016. Esta humilde columna intercepta una conversación entre un conocido empresario español y una persona de quien no puedo dar ningún detalle porque tiene tanto poder que si lo hiciera pondría en riesgo mi integridad, la de mi familia, la de los compañeros (y compañeras) de este medio, la de mis vecinos (y mis vecinas), la de los habitantes (y las habitantes) de mi pueblo, la de los habitantes (y las habitantes) de mi país, de mi continente, de mi planeta, de mi sistema solar... y así hasta el infinito. Vaya, que esta persona tiene mucho poder, esta persona tiene mucho poder, esta persona es poderosa, esta persona tiene mucho poder.

Acto seguido transcribo íntegramente la citada conversación, de la cual sólo pude grabar la voz de la persona poderosa:

“Si señor, sí. No sufra que lo tenemos todo controlado. No, no, tapado no, quedará tapadísimo. Nadie hablará, hágame caso. Sé de lo que hablo.

A primera hora dimitirá Soria. Ya lo hemos comentado con él y ningún problema. Le hemos encargado una puerta giratoria de tres cuerpos con motor de Formula 1. Sí, sí, la excusa que dirá será que no se ha explicado bien, pero la gracia es que tampoco explicará bien la excusa. Será muy divertido.

A continuación, sin dejar tiempo a que la gente respire, haremos detener al tipo aquel de Manos Limpias. Nos molesta. Ha dejado de sernos útil. Eso entretendrá mucho a la chiquillada, sobre todo por las especulaciones que harán con que si ahora seguirá o no el juicio contra la Infanta. Los que no estén lo bastante despistados con lo de Soria, se comerán este anzuelo seguro. Es demasiado goloso.

Y entonces, cuando a las once y media hagamos el sorteo, la gente estará tan ocupada con el entretenimiento, que no nos harán ni caso. Sí, sí, no puede fallar nada. Está muy controlado, como siempre. Las bolas están hechas de un material que soporta 60 grados durante 3 meses. Es imposible que se enfríen. No, tres no, tenemos 25 microondas industriales por si alguno fallara. Cuatro centrales nucleares trabajan sólo para nuestro suministro eléctrico. Es imposible quedarnos sin luz.

Como quedamos, será el City y la vuelta en casa. Es el mejor escenario, efectivamente. Cierto, cierto, es una lástima que no nos pueda volver a tocar el Wolfsburg, pero qué le vamos a hacer... Eso de que siempre nos toque el Wolfsburg lo estamos estudiando de cara a la próxima temporada. No lo descarte.

Pues, presidente, es un placer seguir trabajando para usted. ¡Ah, me olvidaba! ¿Quiere que preparemos algún sorteo a ver a quien juega la final contra nosotros o no hace falta? Si se lo repiensa, llame y lo ponemos en marcha. Ya lo sabe, ¡a su disposición y para lo que sea necesario!".