"Nace donde nace pero no es una publicación local". Esta frase aparece en la primera editorial del primer número de Solstici, la revista que acaba de ganar el Premi Millor Publicació Revista 2025, que otorga la Associació de Publicacions Periòdiques en Català (APPEC). Nacida en junio de 2022 y con solo siete ejemplares en la calle, el jurado ha galardonado esta iniciativa por el "trato exquisito de los detalles y por el alto nivel de cuidado en todos sus aspectos, tanto en los contenidos como en la presentación final". La definitoria frase inicial fue escrita por Quim Melchor, su editor, que la fundó cuando tenía solo 22 años.

Consciente de que el primer párrafo de un artículo a menudo determina su lectura completa y el interés del lector, voluntariamente no he puesto dónde nace, esta premiada revista. Y es que, sin querer, todos tenemos ciertos prejuicios y, en función del lugar de procedencia de los objetos culturales o de las personas, tendemos a celebrarlos o menospreciarlos, a presuponer su calidad, como si la ciudad desde donde se crea fuese un lastre, más que una virtud o —si se quiere e incluso— un dato insignificante. Os desvelo el pequeño secreto: Solstici nace en Tortosa y si os hablo hoy de ella no es porque sea mi ciudad —que sí, siempre da gusto— sino porque la idea y la ejecución se lo merecen. Quizás ahora que ha ganado este premio, más público se dará cuenta. Para eso deben servir también los reconocimientos.

El jurado, igualmente, ha reconocido "el esfuerzo añadido que supone editar desde Tortosa, desde donde han sabido construir una propuesta moderna, arraigada y con proyección". El fundador, Quim Melchor Lleixà, nacido en la misma capital ebrense, recalca que para él fue la decisión más natural: "Tortosa y las Terres de l'Ebre han visto nacer históricamente revistas que, en caso de haberse podido difundir mejor, estarían muy presentes en el imaginario colectivo catalán todavía hoy. Impulsar una publicación generalista desde la encrucijada de los Països Catalans es un valor añadido que aporta personalidad y perspectiva, y también es una declaración de intenciones de aquello que, si los tiempos y el público nos acompañan, querríamos acabar siendo".

La publicación recibe el Premi Millor Publicació Revista 2025 y es un espacio sereno de reflexión en papel, "nacido para una generación condenada a crear contenido que se perderá en el scroll infinito"

Encontraréis artículos de arte y literatura, entrevistas, interpretaciones de poemas y canciones, reflexiones o monográficos de autores, entre otras cosas. La elaboran jóvenes "con ganas de explorar y compartir los intereses e inquietudes culturales", según decía aquel primer ejemplar. Se habla tanto de artistas e intelectuales con renombre (Guimerà, Fabra, Rodoreda o Marçal) como de otros tal vez menos conocidos pero igualmente relevantes y son de todo el mundo (como los escritores Aleksandr Pushkin y Stephen Crane), de la nación catalana (como la escritora Maria Sevilla París o el escenógrafo Fabià Puigserver) y de origen ebrense (como el periodista y escritor Artur Bladé i Desumvila, el pintor Miquel Paton, la poeta Zoraida Burgos o el escritor Gerard Vergés).

De hecho, Solstici aparece recogiendo el guante de sus históricas predecesoras ebrenses (y, por lo tanto, muy catalanas) —La Zuda (primer tercio del siglo XX), GEMINIS (de 1952 a 1961) o Tresmall (ya en los años noventa)— y hay un hilo conductor entre aquellas primeras páginas y estas últimas ediciones, separadas por más de cien años. Parece como si los diferentes directores buscaran la aprobación y la difusión de sus maestros, amigos y referentes, tejiendo un hilo rojo que se estira sin romperse nunca del todo, a pesar de obstáculos, guerras, censuras y dificultades diversas más relacionadas con la actual inmediatez. Este hecho da continuidad, construye tradición cultural y tiene el valor de desbrozar la cadena invisible que hace que el musicólogo Felip Pedrell escribiera en La Zuda, Gerard Vergés y Jesús Massip glosaran sobre su obra en GEMINIS, y Emili Rosales tuviera a esta pareja de intelectuales como colaboradores de aquella publicación con nombre de aparejo de pesca (Tresmall). Asimismo, todos estos nombres afloran en la joven Solstici, que sabe mirar atrás para aprender y adelante para crecer y consolidarse.

Como los solsticios astronómicos, la revista que desde Tortosa se abrió al mundo aparece dos veces al año, en junio y en diciembre, para ofrecer, en palabras del editor, "un espacio digno, remunerado y en papel a una generación —la suya— que parece condenada a crear contenido que se perderá en el scroll infinito en cuestión de horas". Por eso es tan importante cuidar la obra y la estética, los orígenes y los sueños, el tacto de un papel escrito, el escribir con tacto. Y descentralizar tampoco está nada mal. Así pues, la revista de letras y artes recibirá el reconocimiento el próximo 5 de noviembre en Barcelona, en el marco de la 25ª Nit de les Revistes i la Premsa en Català, organizada por la APPEC. Mientras tanto —y más allá— podéis descubrirla o releerla y pensad que el mes que viene, cuando el sol se encuentre en su posición más meridional, aparecerá el octavo volumen de esta publicación. Compradla, leedla y recomendadla: seréis un eslabón más del necesario edificio cultural que se ha ido construyendo a través de nuestra historia reciente.