El sindicato mayoritario del personal médico catalán ha anunciado la convocatoria de una huelga de facultativos para los días 25 y 26 de enero con el objetivo de reclamar mejoras laborales en el sector. Los responsables de Metges de Catalunya consideran "insostenible" la praxis actual y, según su máximo responsable, Jordi Cruz, los doctores viven cansados de "haberlo dado todo sin recibir nada a cambio". Entiendo que los médicos catalanes protesten por una falta de facultativos evidente y por el hecho de tener que atender a toda prisa a los pacientes en unas visitas que cada vez se parecen más al speed dating. También considero un toque de alerta alarmante que muchos médicos jóvenes tengan que huir del país para ganarse mejor la vida y entiendo, por lo tanto, que se quiera equiparar su jornal al de los colegas europeos; pero diría que todo se puede hacer con menos demagogia y sin faltar a la verdad.

Según datos del Institut Català de la Salut, el incremento de plantilla pública en Catalunya fue de un 17,5% entre los años 2019 y 2021 (en casos como la atención primaria el porcentaje sube al 21,5%, con 4.349 profesionales más). Si prestamos atención a la retribución del personal médico, y con datos del mismo ente, veremos que el sueldo de un médico en el periodo 2014-2021 ha pasado de 58.602,52 euros brutos percibidos en nómina a un total de 76.912,02 en el caso de los facultativos (un aumento del 31,2%) y de 54.062,18 a 73.348,51 en médicos de familia (un 37,5%). Si damos una ojeada al total del personal médico en cuestión (incluyendo pediatras, médicos de urgencias, farmacéuticos y etcétera), los sueldos de los trabajadores públicos catalanes han subido más de un 25% en siete años. Que cualquier lector piense en su profesión y verá rápidamente que esta situación salarial no tiene ni un síntoma de precaria.

Sacrificios hemos hecho todos, y aquí no se trata de aquello tan misero de hacer carreras de sufrimiento, sino analizar sueldos y contratación sin perder el mundo ni la economía de vista

Yo entiendo perfectamente que nuestros doctores quieran equiparar sus condiciones a las de los médicos alemanes. Pero si caemos en el deporte nacional de mirarnos al espejo con la Europa próspera, aparte de considerar el hecho nada menor de un coste de vida mucho más elevado, también tendríamos que entender que en Alemania (como la mayoría de países regidos por el modelo Bismarck) no hay asistencia primaria pública. En países como este —también en Suiza, Grecia o Austria— esta sectorial médica la conforman profesionales que tienen que sufragarse el coste de autónomos, la consulta o el personal, cantidad que es compensada por el estado en una forma de copago. Si comparamos los sueldos de los médicos alemanes con los catalanes, por lo tanto, digámoslo todo. Lo que me parece absurdo es caer en la trampa sindical de quedarse solo con las cifras más altas olvidando la letra pequeña del tema.

Soy uno de los muchos ciudadanos conscientes de los enormes esfuerzos y sacrificios que nuestros profesionales han hecho durante la pandemia, y también he visto de muy cerca cómo trabajan nuestros estudiantes de Medicina para acceder a sus respectivas especialidades. Pero en Catalunya también hay astrofísicos, profesores de catalán o fisioterapeutas que se dejan muchas horas y que año tras año ven cómo se acorta su nómina sin remedio, todo eso sin tenerla garantizada por el Estado. ¿Los médicos han trabajado mucho en pandemia? ¡Es cierto! También lo han hecho los restauradores, los transportistas y una sectorial tan criticada como el periodismo, que ha conseguido que el país no esté ni un solo día sin información fresca. Sacrificios hemos hecho todos, y aquí no se trata de aquello tan misero de hacer carreras de sufrimiento, sino analizar sueldos y contratación sin perder el mundo ni la economía de vista.

Resulta magnífico que la función pública garantice un sueldo competitivo a médicos y a otros profesionales similares en todos los sectores. Pero nadie puede considerar "precario" el hecho de aumentarlo hasta un 25% en los últimos años, así como tampoco resulta normal que al funcionariado del país se le garantice una subida salarial del 9,5% en los próximos tres años mientras las empresas adelgazan y muchos tenemos que rezar para que nos llegue parte del jornal antes del día 30 de cada mes. Hacer todas estas enmiendas (¿por qué, dicho sea de paso, la mayoría de periodistas esconden las cifras que os he citado antes?) no representa menospreciar la tarea de los médicos que nos salvan la vida a diario. ¿Los doctores lo han dado todo? Sí y recontrasí. ¿Los médicos han hecho muchas horas extras? Sí y recontrasí; sin embargo, a diferencia de muchos otros profesionales que también han estirado la jornada laboral, las han cobrado.

Lo han dado todo, es cierto. Pero decir que no han recibido nada a cambio, pese a quien le pese, es mentir. Y vivir en la falsía también acaba comportando mala salud.