El sector turístico está de enhorabuena porque, después del porrazo provocado por la pandemia, se vuelve a recuperar. La caída de visitantes internacionales en el 2020 y principios del 2021 había sido tan grande que provocó el cierre temporal de una enorme cantidad de hoteles, que llevó a miles de personas a los ERTE. Ahora los aires han cambiado y, si la covid no lo vuelve a estropear, el turismo recuperará el protagonismo económico que tenía antes y también resurgirán los temas de debate que ya existían sobre el sector.

Para situarnos, según un reciente documento del Observatori del Treball y Model Productiu de la Generalitat, titulado El mercado de trabajo del sector turístico, sobre la base de la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de este año, el sector en Catalunya cuenta con 456.000 personas ocupadas, el 13,1% del total. Con respecto al conjunto de la economía, el sector acoge una proporción mayor de personas de menos de 30 años (un 24% ante un 16%) y también, por la naturaleza cíclica de la actividad, se dan más contratos temporales que el total (33% ante un 22%).

La muestra de que el sector se está recuperando, una vez levantadas la mayoría de restricciones asociadas a la pandemia, la tenemos en el hecho de que en el tercer trimestre (el de mayor actividad turística) los ocupados en el sector aumentaron en 31.700 personas, en relación con el segundo trimestre. En ningún año de los últimos cinco se había producido un salto tan grande en el sector, que lo devuelve a la “normalidad” anterior.

En el mismo documento del Observatori, se presenta una comparativa interesante entre los salarios que se pagan en el sector turístico y los del conjunto de la economía. Los datos se refieren al 2018 y concretamente son del salario bruto anual medio de las diferentes ramas de actividad incluidas en el sector turístico. Este, en conjunto, pagaba aquel año un salario bruto medio de 20.245 € anuales, que comparados con los 25.552 € del global de la economía catalana es un 21% inferior. Existe una dispersión notable entre ramas de actividad: el rango va de los 13.193 € anuales en los establecimientos de bebidas hasta los 43.004 € del transporte interurbano por ferrocarril (es decir, básicamente Renfe). Dentro del rango encontramos las actividades que ocupan a más gente, como hoteles (salario medio 20.973 €), restaurantes y establecimientos de comidas (15.067 €) o comidas preparadas para celebraciones y otros (13.444 €). Un dato relevante en este sector es que, a título de ejemplo, un boletín muy recientemente publicado por el mismo Observatori pone de relieve que en la hostelería catalana el 32,4% de los que trabajan son extranjeros.

También para ilustrar el tema con datos más recientes, el Observatori del Turisme en Barcelona da datos del 2019 que vienen a ser coherentes con los anteriores: el salario medio fue en torno a los 21.000 € por persona, un 27,5% más bajo que el resto de actividades de la que se denomina “destinación Barcelona”. El mismo informe afirma que la restauración es la actividad más importante en número de personas (ocupa casi al 50% de los empleados en el sector) y con los salarios medios más bajos (16.137 € anuales), coincidiendo en que 1 de cada 3 personas que trabajan en el sector son de nacionalidad extranjera. Los servicios de alojamiento (hoteles y similares) ocupan el 18% de los empleados del sector y tienen unos salarios medios de 19.891 € anuales.

Cogemos finalmente datos disponibles más recientes, del segundo trimestre de 2021, relativos al coste salarial. Los publica el Idescat a partir de la Encuesta trimestral de coste laboral del INE. En este trimestre el coste salarial por empleado en el sector turismo fue de 1.387 € al mes, un 38% menos que el del conjunto de la economía catalana. Si la medida se hace con el coste por hora efectiva trabajada, el del turismo en este segundo trimestre se cifra en 13,88 € la hora en Catalunya, un 21% inferior al del conjunto.

Probablemente el debate sobre el alcance que debe tener el turismo se volverá a poner encima de la mesa, bajo la presión de los interesados en hacer crecer el número de turistas, de vuelos, de hoteles, etcétera y los defensores de una contención del crecimiento del sector (los observatorios referenciados antes sitúan su peso entre el 12 y 13% de la economía). Sería bueno tener presentes los datos salariales apuntados y preguntarnos si debemos profundizar en el turismo de bajos salarios.

He sostenido y sigo sosteniendo que Catalunya no necesita más turistas, necesita menos y que generen un valor como el actual o superior. Y eso pasa, aunque pueda sonar a tópico, por la calidad. De la cual, por cierto, se derivarían unos salarios superiores, en línea con el país que muchos queremos.