"No creen en los hechos, sólo creen en sí mismos."
Bertold Bretch

Allá por los ochenta, un alegre silbidito consagró el éxito mundial de la primera banda de rock compuesta íntegramente por mujeres. Ni paridad ni leyes fueron precisas para que las californianas The Bangles lograran que todos hiciéramos con gusto el ridículo intentando remedar el simpático video de "Walk like an egyptian". Es raro, pero las mujeres ya hacían cosas antes de que llegara Montero y el gobierno más progresista de la historia. Aquel tema, un canto a la libertad y al individualismo, se encaramó a la lista de éxitos y a nuestras vidas y caminar como un egipcio ya sólo tiene una banda sonora en nuestras cabezas. No sé si Sánchez es demasiado joven para haberla silbado, pero sí sé que lo de caminar como un egipcio, o sea de perfil, se le da muy pero que muy bien. Tan bien como escribir libros. Al debate no pudo ir, pero el día anterior sí estaba en Madrid, mira por donde, y parece que bastante relajado, tanto como para hacer bromitas con el mediador que se ha tragado como un sapo, con su nacionalidad y con la mesa de negociación suiza.

La toma de consideración de la futura ley de amnistía en el Congreso fue una sabia muestra del tumbao que tienen los guapos al caminar, tanto que podría ilustrar un futuro video de las Bangles. Empezando porque hace una semana, cuando se fijó la fecha del debate, era obvio que ya estaba cerrado que el rey jordano estuviera en Moncloa y que se sabía que habría que viajar hacia Bruselas. No es pues ninguna casualidad que la fecha fijada fuera una que impedía al presidente del Gobierno acudir al hemiciclo. ¿Para qué? Puede que Sánchez se dijera que, una vez investido, esto es un trámite que sólo cabe pasar de perfil y de perfil bajo. Camina como un egipcio y con la luz apagada a ser posible. Así que Sánchez no ha dado la cara en este primer debate y tampoco lo ha hecho su valido, Félix Bolaños, poli malo en las negociaciones con Junts. A esa misma hora, ¡qué casualidad también!, se encontraba en el Senado desmarcándose del tema del lawfare, que él mismo aceptó incluir en el documento político, y que precisamente a preguntas de un juntaire, Cleries, le ha sacado su versión de ministro de Justicia que no comparte para nada las críticas al Poder Judicial. Un argumento que se les atraganta. Y si los jueces lo hicieron todo perfecto y si no tienes nada que reprocharles y si los políticos catalanes son unos delincuentes condenados o procesados con todas las de la ley, ¿cómo argumentar, pues, que no existe ruptura de la igualdad o inconstitucionalidad al olvidar y borrar tales delitos? Difícil equilibrio argumental. No terminan de atinar con una explicación plausible de su cambio de rumbo y eso sucede, sobre todo, porque el PSOE no cree en lo que está haciendo y sólo bebe el jarabe porque se lo han prescrito para conservar el poder.

El equilibrio con las justificaciones aún se le dio peor a Patxi López. Ayer hizo un nuevo hallazgo que fue anunciar que la amnistía como figura no sólo es constitucional sino que "es mucho más transparente que los indultos". ¡Vaya por Dios! ¿Por qué no haberla dado hace dos años? ¡Con lo buena que es la transparencia y el debate parlamentario! Claro que en aquella época Patxi, como Pedro, como su ministro de Justicia pensaban que una amnistía era absolutamente inconstitucional y sólo tragaron con los indultos, de nuevo, porque era la condición sin la cual no. De glosar las ventajas sobre los viejos, oscuros y poco claros indultos, que ellos mismos concedieron, ha reincidido en el argumento pragmático de la pacificación de Catalunya. Esto no lo hacemos por nosotros, lo hacemos por la convivencia de los catalanes, porque con esto se acabará el procés y las mandangas indepes. Mal día para lanzarse. Tanto Junts como ERC le han dejado claro que esto es una cosa y lo del referéndum sigue pendiente. Al coro se ha sumado Bildu y su recordatorio a Pedro Sánchez de que esta será la legislatura de la plurinacionalidad. Total, que como no quieren reconocer la única verdad posible que puede justificar esta amnistía, esto es, que se cometieron injusticias en los tribunales contra los independentistas y que se pensaban seguir cometiendo, pues se enredan y se enroscan en un ejercicio inane que, por supuesto, no está dispuesto a hacer el propio Sánchez si puede dejarlo a sus lacayos

El PSOE no cree en lo que está haciendo y sólo bebe el jarabe porque se lo han prescrito para conservar el poder

Feijóo, ya ven, estuvo más coherente. Más allá de su crónica hipérbole —el 23-F, lo más grave y otras comparaciones ociosas—, lo cierto es que no le gusta la ley de amnistía y es capaz de explicar por qué y, sobre todo, de reconocer que los partidos catalanes saben lo que piden, exigen porque pueden y no mienten a nadie ni con lo pasado ni con lo futuro. Feijóo, y ahí no yerra, se aplicó en demostrar que el que mentía y a saber si sigue mintiendo es Sánchez, no los independentistas. No es la primera vez que lo dice, que él a los indepes no les tiene que reprochar nada, que al que le reprocha es al que ha dado un viraje de 180 grados para no salir de Moncloa.

Y luego ya todos se pusieron a caminar como egipcios y hablaron de Abascal, del odio, de lo que me has dicho y de todas esas cosas que son maravillosas, pero que nada tienen que ver con el objeto del debate. Todo el Congreso andando como egipcios. ¡Qué video memorable! Las cosas apuntan a que seguirán así. Lo del catalán en Europa no se vota y, una vez fuera de la presidencia, ya veremos, porque será culpa de los engranajes bruselenses y no de la falta de ganas de los socialistas.

Lo de la amnistía ya está encauzado, pero llevará un trámite que se extenderá probablemente hasta abril en las cámaras y, a continuación, tendrá que esperar a ser aplicada a que muchos jueces expriman los mecanismos legales a su alcance. Antes de junio, aquí no hay nada hecho. Puigdemont hace bien en revalidar su candidatura europea. En todo ese trayecto, no me equivoco si afirmo que la idea de Sánchez es caminar como un egipcio a la espera de que los acontecimientos y los avatares que a veces él mismo busca, le permitan no pringarse en el tema más de lo necesario. El empeño es resistir y llegar a tierra firme sin mojarse ni mancharse sino lo imprescindible. Nunca se sabe, porque la ley ha entrado de una forma y en el proceso de enmiendas las habrá de los propios redactores y de los grupos que la apoyan. ¡Ay, ese artículo dos! Así que puede que se tengan que dar batallas con las que no cuenta.

A fin de cuentas, la historia de Sinuhé es considerado el mayor logro del relato egipcio. Y del relato está preso el egipcio Sánchez.