Ubuntu es el libro recién salido del horno de Raül Romeva, uno de los presos políticos que sufre la injusta e indigna represión del Estado, sin ningún permiso penitenciario, y que vive desde que se tumbó el tercer grado en un confinamiento extremo.

El lunes pasado escuchaba a Jordi Sànchez, expresidente de la ANC y colíder del partido de Puigdemont, mientras era entrevistado por Jordi Basté en El món a RAC1. Y tengo que decir que me quedé pasmado. Quien ahora es el hombre fuerte del mundo de Puigdemont, en Catalunya, se hizo suyos todos y cada uno de los argumentos de Ubuntu delante de Basté. Incluso recitó literalmente frases del libro de Romeva, aunque en ningún momento hizo mención de él.

Desconcertante, no por sensato sino por incongruente.

El discurso de Jordi Sànchez delante de Basté nada tiene que ver con la gesticulación mayestática de su partido, infinitamente lejos de las astracanadas habituales de las caras más conocidas del universo de Waterloo. Desde los disparatados conspiranoicos que ven en el "Sit and talk" la mano negra del Estado, hasta el mundo que vive en la República tuitera. Ante tanta confusión, uno piensa, ¿en qué quedamos? ¿Con qué nos tenemos que quedar, señor Sànchez? ¿Con las bravatas y ocurrencias del universo (post) convergente instalado en el "Som República" y "ERC botiflers" o con su discurso centrado de RAC1? Aunque, si somos justos, Romeva le tendría que exigir derechos de autor. Cuando reproduces una obra ajena, al menos tendrías que citar al autor.

Nelson Mandela decía que actuar con ubuntu significa que todo lo que hacemos es para que repercuta de manera positiva en el resto de la comunidad

Por otro lado, gran parte de los argumentos de Jordi Sànchez ya los han expuesto con claridad meridiana el dúo republicano, Rovira y Junqueras, en Tornarem a vèncer, un magnífico ensayo que es honesto, valiente y con la definición de proyecto político. Y muy respetuoso con todo el mundo, detalle que no es menor, por contraste con otros volúmenes que son un compendio de reproches de parte.

Jordi Sànchez parece huir del cuanto peor mejor que pregona Waterloo, al menos lo pareció en RAC1. Pero, entonces, ¿por qué motivo alimenta la magia un día para poner los pies en el suelo al día siguiente con la boca pequeña?

El Ubuntu de Romeva no sólo es inspirador, el Ubuntu invita a una diagnosis rigurosa y a sumar para ganar. Jordi Sànchez, que como todos los otros presos está pagando un precio muy alto por su compromiso político, tendría que ser capaz —tiene autoridad moral— de poner sobre la mesa un acuerdo estratégico y hacer entender al president Puigdemont que sólo sumando saldremos adelante. Seguir alimentando la ficción no lleva a ningún lugar. En defecto, parece que lo único que realmente conecta a Sànchez y Puigdemont es la aversión a los republicanos.

Jordi Sànchez, quien fue el hombre de Artur Mas en la ANC (era masita a más no poder), haría bien en recordar que Mas predicaba "la casa grande del soberanismo" mientras que ahora su partido predica "la casa de los puros", con un espíritu cainita que prioriza la confrontación fraterna y que condena el independentismo a la subalternidad.

Nelson Mandela decía que actuar con ubuntu significa que todo aquello que hacemos es para que repercuta de manera positiva en el resto de la comunidad.

Ubuntu, un principio ético de origen sudafricano que seguro que nos ayudará a encontrar la manera, a encontrar el camino, cuando menos, a reflexionar.