El conseller de Economia, Jaume Giró, hereda una conselleria en el mejor momento posible. Giró recupera un margen de autonomía financiera que no habían tenido sus predecesores. Lisa y llanamente: la Generalitat podrá recurrir a los mercados para financiarse y no depender exclusivamente de la Hacienda española.

Desde el 2014, último Govern en solitario de CiU, las agencias de calificación certificaron las emisiones del Govern como de bonos basura, cosa que en la práctica hacía inviable recurrir a los mercados para financiarse y dejaba a la Hacienda catalana completamente en manos del Gobierno de turno.

Jaume Giró podrá gestionar unos márgenes de inversión y gasto superiores a los de sus antecesores, que tuvieron que operar con unas limitaciones que los condicionaban poderosamente. Eso significa en la práctica que Giró podrá negociar con la CUP o los comunes —no parece que los del gobierno alternativo estén por la labor— unos presupuestos con un mayor margen de gasto. En definitiva, que lo tendría que tener más fácil. También para destinar más recursos a inversiones, a infraestructuras, que se han reducido a la mínima expresión desde el Tripartito.

El rigor titánico de Junqueras, que tuvo continuidad con Pere Aragonès, ha permitido hoy a Jaume Giró entrar en la conselleria en unas condiciones infinitamente mejores que las de sus predecesores

Puede estar satisfecho Giró. Y también agradecido. Sin el trabajo ingente de sus predecesores no habría sido posible. Mas-Colell no lo tuvo fácil. Y todavía menos Oriol Junqueras y Pere Aragonès que tuvieron que afrontar dos legislaturas de una gran tensión y arrastrando una herencia letal para la inversión pública y con una capacidad de gasto hipotecado.

El nombramiento de Giró fue recibido por buena parte de la izquierda con desdén. Era un hombre del Ibex, nos decían. Y tan cierto era que había trabajado para empresas del Ibex como que fue él quien se opuso al traslado de la sede social de la Fundación La Caixa, una cuestión que no es menor y que defendió aquel octubre del 2017 casi en solitario desde dentro. Y esta consideración también la tendrían que tener presente aquellos que con el nombramiento de Giró alzaron la voz, más por estética que por ética.

También tuvo que oír Junqueras reproches por su gestión por parte de aquellos que apelaban a endeudarse sabiendo que estaba atado de pies y manos, que sencillamente era inviable. El rigor titánico de Junqueras, que tuvo continuidad con Pere Aragonès, ha permitido hoy a Jaume Giró entrar en la conselleria en unas condiciones infinitamente mejores que las de sus predecesores.

No me puedo privar de recordar el esfuerzo titánico hecho por algunos alcaldes que habían heredado una deuda desbocada y que han tenido que hacer lo imposible para corregir unas finanzas ruinosas. Entre estos, el alcalde de Moià, Dionís Guiteras, que heredó una deuda monstruosa que ha conseguido revertir milagrosamente. Ejemplo de rigor y buen trabajo, Guiteras ha sacado a Moià del agujero negro en que lo había sumido su predecesor.

Suerte y aciertos, Jaume Giró. No tengo ninguna duda de que como nuevo conseller sabrá aprovechar la oportunidad. Tanto por sus aptitudes como por la actitud sacrificada de sus predecesores.