Oriol Junqueras fue recibido en Galicia con una estima incondicional el Día da Patria Galega. Toda la plaza de Quintana se fundió en una larga y fraternal ovación cuando Ana Pontón, lideresa del BNG, mencionó su presencia en el acto. Las imágenes que han circulado son muy emotivas. Tanto las del parlamento final como las de la manifestación. Cuando Junqueras llegó a la Alameda, donde se concentraban los manifestantes, todo el mundo irrumpió en una ovación extensa y el trabajo fue poder dar respuesta a todas las personas que lo reclamaban o que simplemente lo querían abrazar.

El presidente de Esquerra Republicana fue invitado junto con otros dirigentes de formaciones hermanas del BNG, desde el Partido Comunista de Portugal, pasando por Euskal Herria Bildu o el Frente Polisario. De Catalunya también estaban la CUP y el Ciemen, además de Poble Lliure. Junqueras fue, sin embargo, el único a quien se invitó a intervenir, un reconocimiento con mayúsculas para un dirigente político que es visto como un referente por el nacionalismo gallego.

BNG, ERC y Bildu saben que sumar y sumar es la única vía posible para materializar un proceso de ruptura con el Estado

El BNG vive un momento dulce de su trayectoria después de haber superado dos escisiones que lo debilitaron. El adiós mesiánico de Beiras y la irrupción de Podemos habían dejado al BNG fuera de las Cortes españolas y bajo mínimos en el Parlamento Gallego. Justo pudo conservar el grupo parlamentario en el parlamento autonómico. Pero la capacidad de resiliencia, la vocación y voluntad de mantener la organización política ha hecho que el BNG haya renacido electoralmente como el ave fénix mientras sus competidores ―y escisiones― se han evaporado después de haber prometido el oro y el moro. La retórica fantasiosa ha cedido ante el rigor y el trabajo de hormiga de un BNG que ha superado por primera vez al PSOE en unas elecciones gallegas.

Hoy el BNG forma parte de una sólida unidad estratégica con ERC y EH Bildu en el Congreso español. Siempre que compartió lista con republicanos y la izquierda abertzale a las elecciones europeas. El análisis político de las tres formaciones políticas es exactamente lo mismo. Todas participan de una misma vocación de sumar fuerzas y de saber que juntas tienen capacidad de incidencia para condicionar la izquierda española en el Congreso mientras no llegue el día que vuelva a la Moncloa la derecha con el apoyo de la extrema derecha, escenario que coinciden en señalar como infinitamente peor. Las tres formaciones consideran que el 'cuanto peor, mejor' se ha demostrado históricamente un error.

Y las tres formaciones, BNG, ERC y Bildu, saben que sumar y sumar es la única vía posible para materializar un proceso de ruptura con el Estado, tanto en sus respectivos países como para poner en jaque al Estado. Y todavía una última máxima que quedó clara en Galicia. Nunca hay que confundirse de enemigo. Claro que en Galicia no hay hiperventilados. Y si estaban, se evaporaron.