Este fin de semana han comenzado, oficialmente, las rebajas de enero. Remarco lo de "oficialmente" porque hace días que ya podíamos ver en algunos escaparates el cartel que nos prometía poder adquirir algunas cosas, incluso antes de que vinieran los Reyes Magos, con precios más reducidos. Es ahora cuando muchos nos lanzamos a por aquello a lo que habíamos echado el ojo, pero que esperamos encontrar a un precio más asequible. El 89% de los residentes en España comprará algo en estas fechas, con un gasto medio de 150 euros por persona. Según los datos recabados por la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, al menos un 29% de los consumidores han dejado de comprar ropa y calzado y el 13% ha dejado de comprar ropa para sus hijos en España debido a la situación financiera.

Viendo lo visto con lo que han hecho algunos de los supermercados más importantes (me refiero a que de los ocho que ha analizado la asociación de defensa de consumidores FACUA, siete han sido pillados incumpliendo para sacar beneficio, en lugar de aliviar nuestros bolsillos), es importante ir con precaución y tener en cuenta una serie de recomendaciones que, por muy lógicas que nos parezcan, no sobra tenerlas en cuenta.

Nos recomiendan, en primer lugar, que hagamos una lista en casita, tranquilos y sin "bombardeo de escaparates" de aquellas cosas que realmente necesitamos. De esta lista, hagamos una señal para aquello que de verdad es una necesidad y distingámoslo de lo que es un capricho. No significa que no podamos darnos el gusto de satisfacer nuestro deseo, por muy absurdo o inútil que pueda ser; pero se trata de ser honestos con nosotros mismos y preguntarnos si ese gasto realmente merece la pena. Darse un tiempo para reflexionar sobre la lista es fundamental. Lo que hoy nos parece tan especial, es posible que dentro de dos días ya no nos atraiga tanto. (Esta es una práctica también recomendable cuando nos asomamos a plataformas online, donde podemos crear una cesta de productos que nos interesan y dejarlos marcados para, un tiempo después, volver a echar un vistazo). Si aguanta el impulso consumista, se dará cuenta de que esa cesta en muchos casos puede perfectamente vaciarse pasados unos días, sin haber comprado nada de lo que había en ella.

Otro de los puntos a tener en cuenta es calcular, aunque sea aproximadamente, cuánto dinero podemos destinar a estas compras. Y a ser posible, evitar generar deudas que nos lastren en el futuro. Se saborea mucho mejor un "capricho" cuando no nos lastra a medio ni a largo plazo.  Aunque en la tienda puedas pagar con tarjeta, es recomendable que pagues en efectivo y lleves el dinero aproximado que habías calculado gastarte. Este detalle hará que no puedas caer en la tentación del "monedero" de plástico y lamentarlo más tarde.

Valorar la calidad es algo que se olvida cuando se anuncian precios bajos. "Es un poco malo, pero fíjate qué barato está". Si te ves repitiendo esta frase, para y reflexiona. Muy probablemente esto que ya de entrada te parece de poca calidad, seguramente durará poco o funcionará mal, y tendrás que comprar más adelante el producto que realmente funcione, por algo más de precio, si es que realmente lo necesitabas. Lo barato a veces sale caro, y es mejor saber reconocer si lo que estamos a punto de comprar es precisamente tan barato porque no nos ofrece garantías ni resultados. Al final, es muy probable que termines gastando más de lo que pretendías ahorrarte comprando un producto de mejor calidad.

Compra pensando en temporadas próximas, sobre todo si es para los más pequeños. Esto supone que ahora mismo puedes adquirir productos para la próxima primavera o verano a un precio muy interesante. Así, cuando llegue el momento, tendrás lo que necesitas para ser estrenado y te habrá costado mucho menos de lo que cuesta en temporada. Es una manera muy práctica para comprar, por ejemplo, ropa de los más peques. Anticipándonos ahora a las próximas temporadas, podemos comprar prendas con cierto margen de talla a un precio muy interesante. Es en rebajas el momento más interesante para ir preparando equipamiento del verano e incluso del próximo curso escolar.

Recuerda: las rebajas acaban de empezar. Pero van a continuar y los precios seguirán reduciéndose. Las prisas no son buenas y si eres capaz de tener paciencia, seguramente termines llevándote eso que buscas a un precio interesante. Además, es importante que compares los precios en distintos comercios y vayas haciendo un seguimiento hasta encontrar el producto al precio que realmente te parezca una oferta interesante. El periodo de rebajas debe estar anunciado en el establecimiento claramente. Y si está previsto que haya unas segundas rebajas, también deben informarte de las fechas.

El porcentaje de descuento a veces es irrisorio y la rebaja no es tan grande como para que estés haciendo una compra realmente ventajosa. Esto, por supuesto, si tenemos en cuenta que debes asegurarte del precio original previo a la rebaja, pues a veces hay comercios donde han subido el supuesto precio previo para dejarlo como estaba con la rebaja. Esta es una práctica ilegal y si la detectas, debes denunciarlo.

Debes saber también que el producto objeto de la rebaja debe estar en la tienda disponible durante al menos un mes fuera de rebajas y su calidad debe mantenerse. Es decir: que no te pueden colar productos en mal estado o de mala calidad y justificar así que tienen un precio más barato. No confundamos rebajas con saldos. En el último caso, debe señalarse en el comercio expresamente que el producto tiene algún tipo de daño (un roto, un descosido, un arañazo) y que, por esa razón, el precio es inferior.

Si el producto resulta tener algún tipo de desperfecto, del que no se nos había informado, o era desconocido, tienes derecho a que te lo cambien por otro en perfectas condiciones (aunque lo hayas comprado rebajado). Si no te pueden dar otro producto igual, tienes derecho a que te reembolsen el precio pagado por ello, presentando el ticket de compra que siempre debes conservar.

Pregunta cuando compres sobre las condiciones del producto en cuestión: si hay un plazo especial para devolución, así como cualquier otra información importante que debas conocer. Que haya reducción de precio no significa que tengas que renunciar a tus derechos como consumidor. Tanto el servicio posventa como la garantía del producto es exactamente igual comprando en rebajas.

Otra de las recomendaciones, por muy rara que te pueda parecer, es que intentes abstraerte de la música que pongan en la tienda. Un "truco" es que escuches tu propia música, para evitar que te presionen de manera indirecta. Sí, has leído bien. Si te fijas, observarás que, dependiendo de la hora a la que acudas a comprar, la música que los comercios —principalmente los más grandes— está seleccionada para generar el estado de ánimo necesario para comprar más. Evita las horas punta donde hay más gente. Comprar a primera hora o durante el tiempo de la comida te dejará mirar tranquilamente, preguntar, y estar más relajado. Si hay estrés, es muy posible que compres de manera irreflexiva, y te gastes más de lo que realmente querías.

Recuerda: vas a comprarte un producto rebajado. Repítelo en tu mente varias veces si hace falta. Sobre todo cuando te encuentres de pronto con los productos de la nueva temporada, que tan intencionadamente te han puesto al lado de los rebajados. Ahí es donde puedes caer de cabeza en la trampa y terminar comprando lo que no tenías previsto y, además, ni siquiera con precio reducido.

Dicho todo esto, disfrute de buscar (y quizás encontrar) ese "chollo" que solamente usted conseguirá. Esa ganga que gracias a su avidez podrá adquirir a un precio sin competencia. Y no olvide que si no se la compra, no pasa nada.