Ahora que ya ha pasado tiempo suficiente como para comprobar que los propósitos del nuevo curso, como dedicar más tiempo a uno mismo y a la gente a la que quieres, vuelve a ser un fracaso, es una bofetada en nuestra cara el libro No seas tú mismo. Apuntes sobre una generación fatigada, del filósofo Eudald Espluga. En una entrevista con Sergi Picazo en Crític, dice cosas como “tenemos una relación enfermiza con el trabajo: vivimos en sociedades trabajocéntricas”. O bien “tener un trabajo vocacional nos sirve para justificar las horas extra, no ver a la familia o un sueldo bajo”. O bien “nos autoexplotamos 24 horas al día. Nunca podemos desconectar”. O bien "la mayoría de trabajadores hoy en día no pueden renunciar a tener un smartphone". Y, sobre todo, lo que dice la escritora Sara Ahmed: si seguimos pensando que nuestro malestar es temporal y que depende solo de nosotros superarlo, no llegaremos a ninguna parte. Es esa rueda de hámster. No la del procés, la de verdad. El libro pretende ser “un mapa de recortes de una generación hastiada y sobrepuesta al discurso de la autoexigencia personal que ha vivido cómo el capitalismo digital se le metía bajo la piel”. Pero no habla solo de una generación, habla de todos. Una invitación a "cuestionar el individualismo hiperproductivo y emprendedor".

Es una reflexión muy pertinente, no solo porque, efectivamente, de una forma u otra todo el mundo se verá reflejado en ella, sino porque apunta una receta que, obviamente, huye del discurso fácil de la extrema derecha, que va captando adeptos entre jóvenes, y menos jóvenes, desencantados. Este malestar es uno —solo uno— de los motivos del crecimiento de VOX y de los neofascismos. Por eso deberíamos poner en bucle un fragmento de la entrevista que la SER ha hecho a la actriz Jamie Lee Curtis y que se ha hecho viral. Dice: “Tengo una hija trans. Hay amenazas contra su vida. Solo por existir como ser humano. Hay gente que quiere aniquilarla, a ella y a gente como ella. Ese es el nivel de odio. Como si no hubiéramos aprendido nada del fascismo, como si no hubiéramos aprendido cuál es su resultado. El exterminio de los seres humanos. Es aterrador. Así que Jamie Lee Curtis está asustada, y tú también deberías estarlo. Y Jamie Lee Curtis tiene una voz, y está intentando utilizarla, y tú también deberías hacerlo. Y así es como cambiamos las cosas, pensando en ellas, aprendiendo y utilizando nuestras voces para llamar la atención y luchar contra ellas”. Como si nada hubiéramos aprendido del fascismo. Tiene que saber Jamie Lee Curtis que quien firma, escolarizado en democracia, nunca estudió en la escuela la Guerra Civil. Ni el franquismo.

Sí estudié el descubrimiento de América. Pero me dieron una versión algo distinta a la que explica Gregg Popovich. Y que es uno de los motivos por los que hoy escribo este artículo, en lugar de hacer fiesta, como me recomendaría Eudald Espluga. Ya decía David Fernàndez que ser coherente es casi misión imposible. Ha dicho el entrenador de los San Antonio Spurs de la NBA: “Colón inició un genocidio de los indígenas en el nuevo mundo. Asesinó. Mutiló. Cogió esclavos. ¿Y lo honramos el Día de Colón? ¿Estamos tan atrasados? Con él empezó la aniquilación de cada indígena en la Española, que es Haití y República Dominicana hoy. Es lo que hizo. Es como si dijéramos que estamos orgullosos de Hitler porque era alemán”.

Tan atrasados ​​estamos, Gregg. Incluso en lo que parece que hemos avanzado. Putos modernos.