La verdadera fractura social ya está aquí. ¿Corazones o favoritos? Los usuarios (y las usuarias) de Twitter se han dividido entre los partidarios (y las partidarias) de la novedad ofrecida ayer por esta red, consistente en poner corazones a lo que antiguamente eran los "favoritos", y los defensores (y las defensoras) del clásico "favorito".

Lo explicaba El País en una pieza en la que, además, ofrecía información sobre los significados reales de la ya difunta estrella amarilla y que yo desconocía totalmente. Mientras, el 3/24 proponía una encuesta que a las 11 y media de la noche ofrecía este resultado:

324

 

Total, que ya volvemos a estar como cada vez que un sistema hace cambios. Estamos acostumbrados a una manera de hacer las cosas, nos la hacen diferente (dicen que para ir a mejor) y los primeros días vamos perdidos. Después nos habituamos, nos olvidamos de aquello que nos funcionaba tan fácil y santas pascuas. Pero lo que siempre me pregunto en estos casos es: ¿hasta qué punto nuestro cerebro es capaz de ir cambiando tantas cosas y con tanta rapidez? ¿Puede ser que un día nos diga basta, que hasta aquí hemos llegado? ¿O, precisamente son estos cambios los que nos mantienen en forma la neurona?