Basta con tener algo de interés –y nunca mejor dicho- para saber que los bancos españoles están ganando mucha pasta. Dinero que, en buena medida, viene del alza de los tipos de interés del Banco Central Europeo, que han trasladado al mercado, primero a través del euríbor —en el máximo en 15 años— y después a los costes de financiación de empresas y particulares, especialmente por medio de las hipotecas, algo que están sufriendo en silencio muchos ciudadanos.

Pero ah, esa subida de los tipos no se ha trasladado a la remuneración de los depósitos, que sigue en niveles muy bajos. El resultado es que el diferencial de tipos entre los préstamos y el ahorro es una indecencia. Según las estadísticas del BCE, el coste hipotecario en España solo se sitúa unas décimas por debajo de la Unión Europea, pero la remuneración de depósitos es muy inferior a esa media. Y, de hecho, en el caso de los depósitos de más de dos años, España es el segundo país de la eurozona con menos remuneración... ¡solo detrás de Chipre!

El problema de ese atraco sin mano armada es, además de la cara dura, la falta de competencia. Si hay competencia, si mis ahorros no rinden, puedo cambiarlos a un banco que me ofrezca mayor rentabilidad. Pero, claro, resulta que en España se ha pasado de más de 50 bancos y cajas a una docena que no se dan, precisamente, codazos. Como siguen teniendo la liquidez del BCE, no tienen que pelearse por los ahorros de la gente. Y, por supuesto, la banca encuentra normal que ellos ganen y nosotros no, porque se ha normalizado la política monetaria. Pero, amigos, España es distinta porque en los demás países de la UE todo esto no ocurre. Y encima, los amigos banqueros se enfadan si les ponen un impuesto.

Lo único que ha hecho el PSOE, en la práctica, es comerse un redactado sin valor jurídico que parece decir más de lo que dice para resumir tres siglos de conflicto político

Este es solo uno, uno solo, de los problemas que afectan a los ciudadanos españoles. Pero, tranquilos, no veréis ninguna manifestación. Ni en Madrid, ni en Barcelona, tampoco. Se ve que lo único que rompe la democracia, la unidad de España y, sobre todo, la igualdad entre todos los españoles, es una ley de amnistía que todavía no existe y la disposición que tienen unos partidos políticos a negociar desde posiciones diferentes sin que nadie tenga que ir a prisión, ni vivir lejos de casa, ni arruinarse.

De momento, lo único que ha hecho el PSOE, en la práctica, es comerse un redactado sin valor jurídico que parece decir más de lo que dice para resumir tres siglos de conflicto político, y así poder gobernar cuatro años más, y comprometerse a encontrar un mediador "internacional" entre el PSOE y Junts, que no entre el gobierno español y el catalán.

Eso sí, a Pedro Sánchez no se le puede negar la valentía, teniendo en cuenta cómo le ayuda Felipe González, la Brunete mediática y judicial, los fachas y José María Aznar. Roger Muntañola, el último convergente, tuiteaba ayer “bentornat al cove, peix”. No sé si es esto, pero se le parece. Y el PP debería recordar que, todavía hoy, el pacto del Majestic es la mayor devolución de autogobierno que ha obtenido nunca Catalunya en un pacto de investidura. ¿Alguien duda de que los populares, si estuvieran en la misma posición que los PSOE y no hubieran dinamitado todos los puentes con todo el mundo, hubiera pactado exactamente lo mismo?

En fin, que volvemos a la llamada normalidad en que todo el mundo seguirá defendiendo lo que quiera y habrá unos muy enfadados que esperemos que amenacen con dejar de respirar como Pepe Sopalajo de Arriérez y Torrezno y que nadie se haga daño.

Yo, de momento, voy a protestar delante de mi banco.