Solo me interesa saber qué piensa la gente del plan de paz para Gaza. Ese plan que todavía no nos han enseñado ni unos ni otros. Llevo todo el largo fin de semana del 11 de Setembre dedicado a intentar escribir un artículo sobre la guerra en la Franja de Gaza de Palestina. Estoy cansado de oír informaciones tendenciosas en uno y otro sentido. Tampoco me ayuda solo poder debatirlo honestamente con el círculo más íntimo, porque no me atrevo a hacerlo con nadie más. Pero finalmente he hecho un intento desesperado de poner orden a mis pensamientos a base de buscar por Internet el máximo de noticias, poniendo filtros mentales a todo lo que me parece un engaño deliberado.

Abomino, vaya por adelantado, cualquier forma de violencia, pero justifico siempre la defensa propia. Lo hago por puro instinto de supervivencia. Y os expongo mi conclusión: sobre el conflicto armado en Gaza, hace falta sobre todo prudencia a la hora de hablar. Por eso no opinaré, solo expondré algunos de los aspectos de mi breve prospección, por si os puede ser de ayuda. Sé muy bien que no posicionarse se puede interpretar como que me estoy posicionando. Me posiciono: quiero la paz. Y creo que si expongo ordenadamente lo que me preocupa, os puedo ayudar un poco a compartir dudas.

En primer lugar, hay que intentar entender cómo se gesta el Estado de Israel y cómo se gesta la lucha armada islámica. Tenéis infinidad de documentales, libros, youtubes y otras herramientas digitales para crear contexto. No entraré en ello. Pero tenéis que dedicar mucho rato a conocer un poco más la historia de la región de Oriente Medio. Os parecerá imposible, porque es —como todas las historias del mundo— multipolar y tremendamente compleja. Gracias a la IA y a la Wikipedia, podéis avanzar rápido, pero deberéis tomar precauciones. Os aviso de que cuanto más leo, más preguntas me surgen.

Me preocupa sobre todo que se haya dejado de hablar del proceso de paz

Una vez obtenido el contexto más general, podéis intentar entender la historia reciente de Israel y el conflicto palestino. La llegada al poder de Hamás en Palestina marca una nueva era. Hamás es un grupo terrorista según la UE, Estados Unidos y sus aliados. No lo es ni para China ni para Rusia. Fundada en 1987, llega democráticamente al poder de la Franja de Gaza en 2006. Y desde 2006 que la Franja de Gaza está sometida a bloqueos por los egipcios y los israelíes. Para hacerse con el poder, Hamás se ha enfrentado políticamente a Fatah, que forma parte de la OLP, movimiento politicomilitar que controla Cisjordania. Hamás ha seguido la línea de armar un ejército y atacar por tierra, mar y aire, con fuerzas obviamente desproporcionadas, a Israel. Al iniciarse el conflicto con el ataque sorpresa del 7 de octubre del 23, las fuerzas de Hamás tenían entre 50.000 y 100.000 combatientes, según la Wikipedia. Se han enfrentado al ejército de Israel, que tiene más de medio millón de combatientes y un dominio sin comparación del espacio aéreo y del armamento de última generación. No se puede hablar de enfrentamiento militar convencional, como el de Ucrania, porque Hamás utiliza tácticas de guerrilla, e Israel ataca sistemáticamente todos los puntos militarmente estratégicos, sin consideraciones humanitarias. Muchos de los conflictos bélicos actuales se pueden seguir a través de la web americana Institute for the Study of War (ISW), que ofrece datos en directo contrastables. El ISW me ha sido muy útil para realizar un seguimiento bélico detallado del conflicto ruso-ucraniano. Los mapas son excepcionalmente precisos. Os recomiendo consultarla si tenéis interés por la actualidad bélica. Sorprende que el ISW, desde el mes de febrero, explícitamente haya dejado de emitir informes de posiciones sobre el conflicto de Gaza. No se puede saber qué pasa. Por eso, resulta difícil entender nada, más allá de la desolación por la destrucción y la muerte.

En tercer lugar, me preocupa sobre todo que se haya dejado de hablar del proceso de paz. La dureza y crueldad del conflicto, la violencia inicial de unos, la violencia desproporcionada de los otros, la violencia total y continuada, las muertes acumuladas, el miedo, la rabia alimentada desde hace generaciones, no encontrarán salida sin un parón inmediato del conflicto y una propuesta de paz y reconstrucción seria. Y prácticamente no se habla de ello. Mientras debatimos terminológicamente sobre si es o no genocidio, no exigimos el fin del conflicto. Se puede condenar el genocidio sin tomar partido, porque lo más importante es detener la matanza. Sea quien sea el que tenga más razón, solo me interesa defender el fin del conflicto cuanto antes. Solo me interesa, y hablo sin ningún tipo de candidez, el plan de paz. Y solo me pelearé dialécticamente ante propuestas para hablar del plan de paz. El primer punto tiene que ser detener los combates. El segundo punto, pactar la reconstrucción política, civil y humana de Gaza. Este tiene que ser el clamor. La paz inmediata en Gaza.