“Y la tercera cosa. Lo digo como todo el respeto, eh. Yooo, en fin, tengo la opinión que tengo… del señor alcalde… me la voy a callar (risas)… pero, con todo el respeto, digo, el protagonista de Tarrasa (sic) tiene que ser la ciudaz (sic), no su alcalde (aplausos). Cuando alguien (más aplausos)… cuando alguien busca siempre… hay otro ejemplo de una ciudad importante en Catalunya, en que esto también ocurre, eh,… son las dos… aquí y otra que es muy importante, ya me entendéis… Cuando alguien, en lugar de darle protagonismo a quien le corresponde, que es a la ciudaz (sic), hablando de la ciudaz (sic), dejando que la ciudad se exprese con toda su riqueza, se arroja el protagonismo y acaba siendo sujeto de todo y siempre le pasan cosas y siempre no sé qué, esto (risas) es el síntoma peor o más claro de que no tiene ideas ni proyecto para la ciudaz (sic), de que no sabemos a dónde vamos (aplausos), de que no sabemos a dónde vamos…”

Lo que han leído es un fragmento de un discurso de Salvador Illa en Terrassa (que no Tarrasa) en un acto de apoyo a la candidata del PSC Eva Candela. No es un resbalón. Al contrario, se puede ver y escuchar entero en la cuenta de Twitter del PSC de Terrassa (y retuiteado por el propio PSC de Terrasa, que ya es estar encantado). Ayer tenía 315.000 visualizaciones, 447 retuits y 101 likes. Ah, y 646 comentarios. No todos amables. Al margen de la manía de decir ciudaz y Madriz —donde no voy a entrar porque mi acento es aún peor que el del exministro de la pandemia—, digo que no todos los comentarios son amables porque este “siempre le pasan cosas y siempre no sé qué” se refieren a la leucemia grave de uno de sus tres hijos, a ataques homófobos y a amenazas personales por la municipalización del agua. Hay un comentario del exconcejal de ERC Màrius Masallé que ejemplifica cómo se pueden decir las cosas elegantemente: a Jordi Ballart "le admiro más como persona y como padre que como alcalde". Ah, y, por cierto, Illa también fue notícia por “cosas” que le pasaban. Concretamente, denunció pintadas intimidatorias en su domicilio. Y bien que hizo. Decían: "PSC=155. Ni oblid (sic) ni perdó". Y lo denunció, oportunamente, en el programa FAQS de TV3.

Como dijo un tal Salvador Illa: "Hay límites que no conviene traspasar"

Jordi Ballart, efectivamente, es el alcalde de Terrassa. Lo es desde 2012. Cuando Pere Navarro renunció para ir a la política nacional y Ballart, que era concejal del PSC desde 2005 —e hijo de concejal—, asumió la alcaldía. Se supone que el PSC lo debía tener bien valorado entonces. Entonces y en 2015, porque fue el candidato y ganó. Quizá el problema es que en 2017 dejó el partido por el mencionado apoyo del PSC al 155. Bien, dejó el partido y, en coherencia, la alcaldía, que cogió Alfredo Vega… y volvió en 2019 con Tot per Terrassa, que ganó las municipales. De modo que el PSC se quedó sin una alcaldía que tenía en propiedad desde las primeras elecciones democráticas, cuando Ballart aún no había nacido y empezaba la era Manuel Royes, que siguió viviendo en Matadepera, por cierto, y, como Navarro, terminó de delegado en la Zona Franca. Calla que no sea esto lo que no le gusta a Illa. Por perder la alcaldía, quiero decir, no que Royes viviera en Matadepera y, Dios me guarde, por eso de la Zona Franca.

En serio. Una de las peores cosas que pueden pasarte en la vida es la enfermedad de un hijo. "Siempre le pasan cosas". Y venga reír. Pues quizá deberían pedir disculpas. Y borrar el tuit, hombre. Como dijo un tal Salvador Illa: "Hay límites que no conviene traspasar". Como Albert Om, se debía referir a otros límites.