En Girona más. No solo el fútbol, el baloncesto, Dalí, la gastronomía y el paisaje, sino que ahora en Girona también tenemos el orgullo de un nuevo obispo con convicción y sensibilidad por la lengua y por el país. Girona gana, y Catalunya también, con el nombramiento de fray Octavi Vilà como nuevo obispo de la diócesis de Girona. Seguirá siendo monje, pero está dispensado de algunos votos. Su nueva situación la sabrá gestionar sin dificultades, ya que no es un obispo en prácticas: ser abad de Poblet comporta una cartera de relaciones externas de primer nivel. Solo le faltará encontrar espacios de silencio, pero es hábil y Girona tiene suficientes rincones para poder propiciarlo.

Este nombramiento ha puesto el foco en Poblet. Un obispo normalmente no sale de un monasterio. Vida contemplativa y vida episcopal no suelen ir de la mano. Con todo, Poblet no es un pequeño monasterio bucólico rodeado de viñas y papiros. Poblet es un mundo y, como escribe Josep Pla, "está situado sobre una tierra grave y severa, un poco umbría". Este monasterio cisterciense es, como Montserrat, una estructura de estado. Envuelta de espiritualidad austera, como tiene que ser, es también la sede del Arxiu Montserrat Tarradellas i Macià (AMTM). El fondo del president Tarradellas es un tesoro de documentos sobre la Guerra Civil, el exilio y el restablecimiento de la Generalitat de Catalunya. Lo visitan estudiosos, pero sobre todo es núcleo de relaciones institucionales que colaboran, desde la Generalitat, a la Diputación de Tarragona y a la de Barcelona o el Ministerio de Cultura y Deportes. Es decir, que en el antiguo palacio del abad se guardan documentos preciosos y es por sí mismo un núcleo que atrae a personalidades de muchos sectores. Pensar en monasterio como lugares alejados del mundo, físicamente y socialmente, es inexacto. Están estratégicamente lejos del ruido, pero a menudo dentro de estos lugares monacales se dibujan acuerdos y negociaciones políticas. Porque la política también necesita espacios protegidos.

El Papa de Roma empieza a hacer nombramientos insólitos, y está rompiendo con lógicas centenarias

El propio abad, aparte de cuidar de la comunidad, tiene una agenda social constante, que rompe con esta visión idílica del ora et labora. Rezan, sí, y trabajan, pero también mantienen reuniones y saben qué está pasando en el país. Fra Octavi es una inyección de esperanza. Nos encontramos con un abad informado que ahora se marcha (toma posesión el día 21 de abril) hacia Girona. Un tarraconense hacia la diócesis que llevaba casi dos años sin obispo. Es inaudito que un religioso sea escogido obispo, pero el Papa de Roma empieza a hacer nombramientos insólitos, y está rompiendo con lógicas centenarias. De hecho, hacía casi 100 años que ningún religioso era obispo en Catalunya.

Octavi Vilà llega con ventaja y con reputación previa como buen hombre de gobierno. Es un monje reconocido por su afabilidad y cultura, y que se ha relacionado con una miríada de perfiles institucionales y posee sobradamente cintura política, cívica y social. Es un hombre cultivado y que sabe sonreír de manera afable pero sin estridencias. No en vano, proviene de la tradición monástica. El 21 de enero, no hace tantos días, dedicó su comentario a la comunidad en torno a la humildad, y empezó citando a san Benito: "El undécimo grado de la humildad es cuando el monje, al hablar, lo hace suavemente y sin risa, humildemente y con gravedad, y dice pocas palabras y juiciosas, y sin estallidos de voz". Si observamos bien la foto del encuentro del neoobispo con el president de la Generalitat, Pere Aragonès, que lo visitó justo al saberse la noticia de su nombramiento, veremos que ambos hablan y sonríen de forma contenida, sin aparentes estallidos de voz. Octavi Vilà llevará a Girona esta manera de entender la vida: sobriedad de lenguaje, evitar golpes de cólera, tratar de vivir con moderación, también en la voz.

En su primera entrevista en la radio del obispado de Girona, el obispo ha reconocido que la situación catalana está en standby, y ha hecho referencia a las leyes que están en tramitación en el Congreso y se ha referido explícitamente al "president Puigdemont" con quien le une una buena amistad. El Papa de Roma ha hecho un nombramiento juicioso, nada clamoroso ni llamativo. No era fácil, pero consuela saber que la información de Catalunya hacia Roma (con parada en la nunciatura de Madrid) circula bien, y que los asesores y personas consultadas han sabido dar nombres posibles y que no bloquean nada, sino que facilitan.