Si cuando un gobernante poderoso ordena descuartizar vivo un periodista, el mundo se muestra indiferente, querrá decir que el planeta habrá caído en un proceso de involución moral de consecuencias gravísimas, pero algún día alguien escribirá quien ha sido capaz de hacer frente a la infamia y quién no ha tenido escrúpulos en defender intereses inconfesables. Ni que decir tiene que la canciller alemana, Angela Merkel, figurará entre los primeros y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entre los segundos.

Me han avisado de que Catalunya se apresurará a pronunciarse -como han hecho Alemania y el Parlamento europeo- contra la venta de armas a Arabia Saudí, y el Gobierno y el Parlamento españoles lo harán en contra. Catalunya se pronunciará contra la exportación de material de guerra al régimen de Riad y en defensa de la paz y el respeto a los derechos humanos porque una amplia mayoría de su Parlament aprobará la propuesta de resolución que presentó ayer Junts per Catalunya. El Congreso, rechazará, en cambio, la propuesta, también presentada ayer por PDeCat, que insta al Gobierno español a suspender inmediatamente la venta de armas a los Saud e incluso la entrega de los pedidos firmados. Una mayoría integrada por PP, Ciudadanos y el PSOE -sí, también los socialistas- impondrá la prioridad del negocio de la guerra sobre el respeto no sólo a la vida, sino a la dignidad humana.

Catalunya, como Alemania, se pronunciará contra la venta de armas a Arabia Saudí y España, no

Es una actitud muy significativa especialmente en los tiempos que corren. Donald Trump ha renunciado al liderazgo moral de Estados Unidos y ha tomado el relevo Angela Merkel como defensora de los valores democráticos universales. Trump ha defendido el régimen saudí porque le compra armas y todo apunta a que el Gobierno español hará lo mismo por la misma razón (y quizás alguna más). Cuesta entender que un Gobierno progresista como se supone que es el que preside Pedro Sánchez apoye las posiciones más retrógradas y habrá que preguntarse por qué. Cómo es posible que un gobierno de derechas como el alemán tenga más coraje ante los poderosos que un Gobierno socialista como el español?

Obsérvese que para evitar que el Congreso obligue al Gobierno de Sánchez a suspender la exportación de máquinas de matar a los saudíes, los socialistas necesitan articular una mayoría alternativa contraria a la que llevó Pedro Sánchez a la Moncloa. Los mismos apoyos que tuvo cuando la moción de censura a Rajoy -Podemos, ERC, PDCat, PNV, Bildu- Sánchez los volvería a tener para suspender la venta de armas a Riad, pero, insólitamente, prefiere alinearse con los que lo quieren liquidar políticamente para defender una posición absolutamente contraria al ideario de la izquierda europea y que seguramente rechaza mayoritariamente la militancia socialista de buena fe.

El bloque del 155 impulsado desde la Zarzuela impone ahora mantener el negocio de la guerra con el príncipe saudí

Vistas las cosas desde este punto de vista, la única conclusión posible es que Pedro Sánchez actúa sometido como un hospedaje en un oscuro núcleo de poder, ilegítimo desde el punto de vista democrático, que impone sus intereses sobre la voluntad política general. Y llegados a este punto es imposible no recordar la gran amistad que une la casa de Saud con la casa de Borbón. ¿Será posible que los intereses familiares del jefe del Estado determinen la alineación de España en contra de la defensa de los derechos humanos? Obsérvese también que, significativamente, vuelve a reproducirse el bloque del 155 impulsado desde la Zarzuela que cierra filas al servicio de Su Majestad ¿No nos dijeron que el Rey reinaría  pero no gobernaría?. Pedro Sánchez pensará sometiéndose es la manera de seguir viajando en helicóptero, pero debería recordar que los socialistas han perdido en toda Europa, también en España, cuando han claudicado ante sus adversarios. El establishment no paga a traidores.