En un juego de palabras que hizo fortuna, en 1985, Jaques Delors, entonces presidente de la Comisión Europea, definió el proyecto de integración europeo como un OPNI, un Objeto Político No Identificado. Siempre he pensado que esta definición le sienta muy bien al Reino de España, donde se supone que hay un estado centralizado y unas comunidades autónomas, pero que en realidad no tienen las mismas competencias, por tanto, es un estado federal asimétrico, donde existen nacionalidades y regiones —según su propia Constitución—, pero donde se niega la existencia de naciones que no sean la española, pero donde difícilmente se puede hablar de la existencia de una nación española, porque sería más adecuado hablar de nación castellana, nación catalana, vasca o gallega, lo que no gustaría mucho a los andaluces, y donde buena parte de la ciudadanía catalana habla de estado español para referirse a un territorio, cuando un estado no es territorio, sino una administración... ¡Bufff!

En fin, que si esto no es un OPNI, que baje un OVNI de verdad y nos lo diga. Quizás, como en el libro de Eduardo Mendoza, debería bajar un extraterrestre de nombre Gurb a pasearse entre nosotros y hacernos ver desde fuera lo que somos en realidad, pidiéndonos que les expliquemos cómo funcionan nuestras instituciones, que son, como la propia Unión Europea, una mezcla entre confederación y federación y, al mismo tiempo, una negación de ambas. De la misma forma que la amnistía es la oportunidad de unir España y, a la vez, de romperla. Una y 51. Un imperio y unos reinos de taifas.

Es tentador pensar que cuando España se reconoce a sí misma, el resultado son los apoyos que ha recibido Pedro Sánchez

Es tentador pensar, y escribir, que del Congreso de los Diputados ha salido vencedora una de las dos ideas principales de España. Porque, claro, hay más. Es tentador pensar que cuando España se reconoce a sí misma, el resultado son los apoyos que ha recibido Pedro Sánchez. Es verdad que, numéricamente, este es el resultado del debate. Pero, en realidad, quien ha ganado en el debate de investidura, como en todos los debates de investidura, es este Objeto Político No Identificado. Y no puede ser de otra forma porque esto es lo que es España, un OPNI. El día en el que alguna de sus fuerzas gane, la centralista, la independentista o la federal, España será eso, un estado centralista, varios estados, una federación o una confederación. Mientras eso no ocurra, mientras se mantenga esa tensión política en equilibrio, España será un OPNI y Gurb, con la apariencia de Marta Sánchez o de Rosalía, no entenderá nada. O lo entenderá tanto que querrá hacerse español y nos lo hará evidente otro extraterrestre que hará de narrador con la apariencia del Conde Duque de Olivares o de Isabel Díaz Ayuso, esa gran embajadora de la fruta.