Mis dos nuevos amigos son de Bolivia. Y me hacen alzar las cejas cuando nos presentamos, cuando nos damos la mano en la terraza del bar donde hemos quedado. El uno se llama Marco Antonio y el otro Victor Hugo, de modo que no es necesario que les ponga nombres falsos porque ya tenemos suficiente con los suyos de verdad, ¿cómo lo veis? Cuando te crees que sabes algo de América Latina resulta que no, que todo es más complicado y del todo inesperado. Hace poco que viven aquí y me juego algo a que no deben tener papeles. Y me juego algo a que los papeles que no tienen, —que yo me imagino que no tienen—, me hacen sufrir más a mí que a ellos. Que ellos saben desenvolverse solos, y no calentarse demasiado la cabeza con lo que no pueden controlar; no quieren sufrir por sufrir, no quieren ir agachados por la vida como si no contaran para nada. La verdad es que, en este mundo cruel, no contamos para nada, ni ellos ni nosotros, pero al menos ellos no van asustados como vamos nosotros. “Los catalanes tienen el miedo en el cuerpo. Nosotros, naturalmente, también tenemos miedo, como todo el mundo, pero es que su caso es exagerado. Si nos atrapa la policía puede expulsarnos de España, podemos perder mucho, pero ¿qué podemos hacer? También queremos la independencia de Catalunya, también protestamos a vuestro lado, pero no nos calentamos tanto la cabeza. Hemos estado en algunas de las concentraciones convocadas por Tsunami democrático y nos hemos sentido muy bien acogidos, ha sido genial. Con todo lo que está pasando en Catalunya es mucho más fácil integrarse, la verdad”. No paran de reírse, de explicarse, de sorprenderme. Y me lo sueltan: “No, no somos partidarios de Evo Morales”.

“A ver, chicos, contadme esto. De manera que lo pueda entender”. Mientras hablo usan el móvil para buscarme discursos del ex presidente boliviano, para demostrarme, a través del lenguaje, que la causa de Morales hoy es la causa de la dictadura, del autoritarismo que quiere mantenerse en el poder. “El problema es haberse querido perpetuar. Esto es más importante que su gestión, globalmente buena. Fíjate en su manera de hablar. ¿No te recuerda nada? Las frases son de sus discursos de antes de renunciar a la presidencia. La apelación a la democracia es constante y siempre aparece en primer término. Se llena la boca con la democracia. Como si las dictaduras se presentaran alguna vez como dictaduras”. “Claro, añado yo, incluso Franco, en España, presentaba a su régimen como democracia, la llamaba democracia orgánica, sin partidos políticos, sin elecciones, pero era una democracia porque lo decía él”. “Exactamente, responde Marco Antonio, es eso mismo. La conferencia de prensa del 9 de noviembre, realizada en La Paz, fíjate. Evo Morales acusa a los discrepantes de violentos, de ilegítimos, de delincuentes. En Bolivia sí ha habido violencia, y se han quemado casas, han saqueado propiedades privadas, y aquí en Catalunya, no. Se quiere confundir la violencia con quemar contenedores y con tirar piedras a la policía”.

“Y luego está el recurso al golpe de Estado. Evo Morales acusa a la oposición de hacer un golpe mientras que el españolismo también acusa a los independentistas que realizar un golpe. Es el mismo recurso propagandístico. Con la diferencia de que el ejército abandona a Morales para que lo deje. Y que Catalunya ni tiene ejército ni utiliza la fuerza. Evo Morales ha tenido que exiliarse porque el ejército le ha obligado, pegándole un empujón, y porque el ejército no quería enfrentarse violentamente con el pueblo. Aquí, en Catalunya, es al revés, la policía, la Guardia Civil, deciden enfrentarse violentamente contra el pueblo para mantener el régimen a cualquier precio. Evo Morales se defiende diciendo que actúa en nombre del bien común, que él es el defensor de los pobres, de los humildes, de los desposeídos. Del mismo modo que el Gobierno de España acusa al independentismo de insolidario, de egoísta, de ser un movimiento de derechas, de mezquino, como si los gobiernos de Rajoy y de Sánchez no fueran gobiernos muy conservadores, al servicio de el Ibex 35”. “Sí, añado yo, es muy divertido ver que personajes como Felipe González o Cayetana Álvarez de Toledo, que ellos, precisamente ellos, acusen al independentismo de egoísta”. Las palabras de Victor Hugo no se hacen esperar: “Evo Morales, dice en contra de sus adversarios lo mismo que el españolismo dice en contra del independentismo. Lo mismo. Le cito: ‘grupos violentos, grupos antidemocráticos, que no respetan la democracia (...), que no respetan la paz social’. E inmediatamente después Evo pide que se defienda la patria. Como ves es un discurso prefabricado, un discurso que sirve igual para Bolivia, para Catalunya y para cualquier otro conflicto serio. Un discurso hecho para intentar manipular al pueblo y no para llegar a ninguna solución. El discurso contra el independentismo es el discurso internacional en contra la libertad, no tengáis ninguna duda. Es el mismo. Por eso ni funciona ni funcionará”.