'Las primarias solo las hacen los partidos con problemas'. Nadie duda en Junts de que Xavier Trias liderará la candidatura municipal en Barcelona. Aunque algunos —en tanto que el exalcalde se hace rogar— no han dejado de encender cirios a la Virgen de Merced por si acaso. Se presentará, lo tiene bien decidido. Nadie lo duda y aunque él mantiene la incertidumbre ya ha decidido del todo que se presentará a menos que no le dejen tener manos libres para hacer lo que más le complazca con la candidatura. Eso es, escoger el grueso de la gente que la integrará.

Trias podrá hacer y deshacer. Porque es el único candidato que puede salvar los muebles y maquillar la castaña electoral en la mayoría de ciudades metropolitanas. Y Puigdemont lo sabe. Y lo sabe Turull. Y quizás incluso lo sabe Borràs. Todo el mundo con cuatro dedos de frente lo sabe. Y él, que es tan intuitivo como simpático, lo sabe más que nadie.

Así que se presentará y decidirá quién lo acompaña y el tipo de campaña y con quién quiere pactar dado el caso. Será que no ha avisado. PSC, PSC y más PSC, todo sea dicho de paso. Si de los votos de Trias depende, Collboni será alcalde sin ningún tipo de duda. No se puede decir que Trias no hable claro. Lo hace, alto y claro, y a la manera convergente de toda la vida. Igual que Núria Marín repetirá de presidenta de la Diba si de los votos de Junts depende. Igual que los discípulos de Bustos seguirán gobernando Sabadell si de los juntaires depende. ¡No surrender!

Es bien curioso que el nosurrendismo se aferre como a un clavo ardiente al único candidato que no duda en enaltecer y añorar Convergència sin complejos. Y al mismo tiempo es muy sintomático que el único candidato que puede evitar la debacle sea el más convergente de todos. Como Jaume Giró, que aunque no haya tenido nunca carné es otro convergente que podría aspirar a ser el cabeza de lista a las catalanas cuando llegue el momento. Entre otros, porque proyecta una imagen centrada que genera confianza por contraste con los tarambanas. No es poco.

Y con Trias todo devuelve a una cierta normalidad y previsibilidad. Quien también está encantada con él es Ada Colau, que recupera temple al ver que podrá lindar con la derecha mientras confía en que Trias erosione a Collboni y, en particular, a Ernest Maragall. De hecho, casi todo el mundo es feliz que vuelva Trias. Los juntaires que así cogen oxígeno, Collboni que sabe que es el preferido de Trias y Colau que respira más tranquila soñando con lindar con la derecha aunque ella le deba la Alcaldía precisamente a 'la peor derecha de la ciudad'.

Nos gusta Trias. Y nos parece sublime cuando proclama aquello de 'las primarias solo las hacen los partidos con problemas'. Sea dicho, también, que aunque no fuera Pasqual Maragall fue un alcalde más que correcto. Y de hecho podría ser un buen primer teniente de alcalde que haría más digerible tener que tener Collboni cuatro años presidiendo la capital de Catalunya.