Sede electoral de En Comú Podem. Estació del Nord de Barcelona. La previsión es que estamos en la sede triunfadora de la noche.

Cinco minutos antes de las 8 una multitud de 10 personas sigue la apasionante noche. De todos ellos destaca un señor que me explica que es comunista. Ha estado "en todos los países del Este" y dice que "allí la gente es muy educada". Hablamos de la segunda guerra mundial y me dice que la ganaron los soviéticos. Cuando le digo mi nombre, no se lo cree. Me mira y exclama: "Coño, entonces tú también eres comunista". 

A las 8, cuando sale el sondeo de TV3 por las dos pantallas gigantes, quizás ya hay unas 50 personas. Aplausos moderados con los resultados de Podemos. Indiferencia con los resultados del resto.

Pero hace rato que el gran protagonista es el wifi. Concretamente su ausencia. O una cosa peor todavía, se va y viene. Pero cuando se marcha, se va muy lejos. Y tarda en volver. Mucho. Es la manera perfecta de volverte loco. Alguna cosa tendríamos que haber sospechado cuando hemos visto que la clave que teníamos que introducir en nuestros dispositivos (en mi caso, tres) es muy sencilla y práctica. 

Dos señores Movistar intentan (supongo) solucionar la cosa. Por sus caras, me temo que el resultado es un fracaso.

A las 20.50 comparece Lucia Martín, número 2 de la lista. Prudencia. Mucha. Dice que, con las reservas necesarias, los resultados de los sondeos abren la puerta a un gobierno de izquierdas. También dedica unos breves instantes a comentar que la bajada de la participación es preocupante. Y lo termina todo en un minuto y treinta segundos.

Seis minutos después llegan los bocadillos. En una caja de plástico y envueltos en papel opaco. Imposible ver el contenido, o sea que la lotería me permite pillar uno de fuet. Como no es cuestión de tocarlos todos, desconozco el relleno del resto.

A las 21.25 los dos señores Movistar se miran. Hacen que sí con la cabeza y dan por solucionado el problema. Concretamente el suyo porque se van.

Los señores son los de la derecha. La cosa blanca que hay medio tapada encima de la grada, al final del plafón azul, son los routers.

Durante la siguiente media hora lo más destacado es la cola en el bar para hacer unas consumiciones. Y no unas consumiciones cualquiera, al menos con respecto a la cerveza, que vale dos euros. 

En las 22.02 se rompe el silencio entre los 300 asistentes en la noche que ha empezado prudente y ha acabado difunta por culpa de las expectativas. Ha sido para aplaudir con ganas el aumento de los 71 a los 72 diputados. Y también ha sido el último momento de euforia hasta las 22.48, la hora en que ha aparecido la cúpula de En Comú Podem y ha tomado la palabra Xavier Domènech.

El suyo no ha sido un discurso sobre los resultados de hoy, sino en clave de futuro y mirando a las elecciones catalanas. La frase que lo resume mejor ha sido "Somos un espacio de futuro". Dos veces ha destacado los ataques que han recibido en los últimos meses y también dos veces ha dicho que son la alternativa a Convergència. Destaco la referencia a los conciertos que el Govern mantiene con las escuelas del Opus.  

A las 22.55 ha tomado la palabra Ada Colau. Ha hablado el doble de rato que Domènech. Se la veía emocionada. Le costaba tragar saliva. Ha dado las gracias a la gente sencilla que les da apoyo. Ha destacado la victoria en Catalunya, pero sin euforia, y ha prometido que en nombre de la gente, no tirarán la toalla.

En las 23.05, entre gritos (moderados) de "Sí, se puede", todos juntos han bajado del escenario y han vuelto a la sala que les ha hecho de despacho en una estación del Nord que, en seis meses, ha pasado de la euforia por la victoria inesperada de diciembre a la euforia contenida de la victoria que hoy mismo, tres horas antes, prometía unos mejores resultados que los reales.  

Y, ¿ahora, qué?, se preguntaba una pareja que compartía una de las cervezas mencionadas anteriormente. Bien, pues, he pensado yo para mí mismo, ahora toca pensar que si a lo largo de la noche llega a salir alguna otra conversación de Jorge Fernández Díaz con el señor Antifraude, el PP saca mayoría absoluta. Y esto es para reflexionar.

Y, con respecto a los sondeos también tendremos tiempo los próximos días para analizar su fracaso total y absoluto. Más que sondeos, han sido una broma. Como el wifi de la sede electoral de En Comú Podem, que a las 12 de la noche todavía iba y venía. Y seguía marchándose muy lejos.