Para empezar, necesito decir que lo de ayer no fue ninguna fiesta de la democracia. Repetir unas elecciones por la arrogancia y la falta de voluntad de diálogo de los partidos españoles no es motivo de alegría. Tener 37 presos políticos y 9 exiliados no es para estar contentos. Nada de jornada electoral desarrollada en absoluta normalidad. Hace años que nada es normal en esta represión constante. Y a pesar de todo eso, el independentismo es mayor, continúa fuerte y sigue creciendo, en escaños en Madrid (23) y en porcentaje de voto total (3 puntos más).

Una lumbrera irresponsable llamada Pedro Sánchez es el presidente español eternamente en funciones. Desde que accedió al cargo en junio de 2018, gracias a una moción de censura, ha ido poniendo en práctica aquello de mañana será otro día y se ha ido escorando a la derecha. Una derecha que en estas elecciones se reconfigura hasta convertirse, ya sin pudor y directamente, en extrema derecha, que crece de una manera alarmante. Sánchez, prepotente, pensaba que repetir elecciones era una buena idea porque entretanto habría la sentencia del procés y la exhumación del dictador y que eso le beneficiaría. Nada más lejos. Con la exhumación del dictador no sólo se ha sacado a la momia, sino que se ha conseguido desenterrar también a la vieja guardia ultraderechista y fascista. España es irreformable y tiene una memoria muy cortita.

Los bloques se quedan, más o menos, como estaban. A la derecha, el porrazo que se ha pegado Ciudadanos (estoy aplaudiendo con las orejas) alimenta, palmo arriba, palmo abajo, al PP y, sobre todo, a Vox. Qué drama su crecimiento, es un peligro darles un altavoz a estos energúmenos y, perdonadme, pero me dirijo un momentito a los medios de comunicación en general: el derecho a la información termina allí donde empiezan los discursos que vulneran derechos humanos fundamentales. Y a Rivera y Arrimadas os digo que soy una buena persona que nunca se alegra de las desgracias ajenas. Sin embargo, con vosotros haré una excepción: estoy contenta con vuestro batacazo y os deseo una lenta y agónica desaparición como partido, con el mismo dolor que nos habéis infligido. Con respecto a la izquierda —si es que se le puede llamar izquierda a según quién— el PSOE se queda casi igual (aún baja, le está bien empleado) y lo que pierde Podemos va, en parte, a Más País (Errejón) y a Compromís y, el resto, probablemente, haya sido producto del abstencionismo. El Estado ha malgastado tiempo y dinero para quedarse, más o menos, como numéricamente estaba hace seis meses. Dudo que aquellos que no quisieron entenderse en abril, se aclaren ahora. Dudo que se iluminen de golpe y quieran mañana negociar con Catalunya. Unas terceras elecciones españolas son bastante probables y no me atrae nada la idea, pero su ineptitud se lo ha buscado.

Toda represión será combatida por la ciudadanía y sí, la fuerza de la gente a partir de hoy lunes día 11 vuelve a ser un tsunami democrático, esta vez en la Jonquera, concretamente en la parte de la Catalunya Nord, el Pertús

Nosotros, la Catalunya republicana y antifascista, tenemos que seguir a lo nuestro. Estas elecciones eran un paso más en nuestro camino y lo hemos superado con nota. En el independentismo, la pizca que baja ERC va a Junts per Catalunya y a la CUP, que capta también, seguramente, nuevos votantes jóvenes, y los tres partidos suman un diputado más en Madrid, su máximo histórico global. Lejos de bajar o cansarse, el independentismo está más fuerte que nunca, a pesar del desencanto de los votantes con sus propios partidos, que no han estado a la altura de un pueblo que nunca falla. Hay que seguir siendo críticos con ellos desde la movilización permanente. Llenemos las calles para vaciar las prisiones, desobedezcamos las leyes injustas y hagamos saber que mientras no haya el pleno reconocimiento de la nación catalana, la inestabilidad continuará. Toda represión será combatida por la ciudadanía y sí, la fuerza de la gente a partir de hoy lunes día 11 vuelve a ser un tsunami democrático, esta vez en la Jonquera, concretamente en la parte de Catalunya Nord, el Pertús, y que dejen de buscar quién hay detrás, porque estamos todos delante, dando la cara por la libertad y por la independencia. Hemos hablado otra vez en las urnas y seguiremos haciéndolo en las calles. Hasta la victoria.