Pasar del centralismo de Madrid al de Barcelona no sé si nos servirá de mucho, la verdad. Si la capital tiene que fagocitar la diversidad y devorarnos a todos, casi que prefiero independizarme también de ella. Por una parte, medio te obligan a ir a morir a Barcelona: universidades, hospitales, conselleries, gestiones, teatros, ofertas laborales... y por la otra, medio te echan de ella: alquileres inhumanos, precios insoportables, transporte público lamentable y ahora, para acabarlo de rematar, resulta que se está cociendo una nueva normativa municipal y los conductores de fuera de Barcelona lo tendremos más difícil para aparcar gratuitamente en la periferia y movernos en transporte público hacia la y por la ciudad. La capital del país convertirá aparcamientos gratuitos del extrarradio en área verde para residentes. Entiendo a los vecinos, de verdad, pero se trata de espacios donde estacionábamos muchos conductores de fuera para, después, trasladarnos por el núcleo urbano en metro, bus o ferrocarril.

Si el transporte público para llegar a la ciudad fuera de calidad y a un precio asequible, dejaríamos el coche en casa con mucho gusto, os lo aseguro. Conducir no es precisamente barato y es más agotador. A los que tenéis estas ocurrencias os haría venir yo a Tortosa, Lleida o Vic en tren y ya verías tú como os lo pensabais dos veces. Pero no, vosotros las decisiones las tomáis desde un despacho con aire acondicionado lejos de la realidad y a menudo con el desplazamiento más que resuelto (y pagado). Si todos tenemos las mismas obligaciones, ¿por qué no todos tenemos los mismos derechos? No se puede estar en misa y repicando ni pretender construir una república sobre cimientos de fórmulas caducas que potencian el desequilibrio territorial. Quien no sea consciente de eso no podrá construir ningún nuevo país con justicia y equidad, palabras que veo mucho en boca de todo el mundo, pero poco en la práctica efectiva.

Barcelona no puede querer ser la capital de todo el mundo y aparcar a la mitad del país

¿Y cuando tenemos que venir al médico o a estudiar o a trabajar, qué? ¡Permitid la vida digna en la ruralidad y no nos haría falta emigrar, lumbreras! Estas ideas centralistas son de una indecencia que ni sois capaces de reconocer y no nos vengáis a decir que es por el medio ambiente. En el Ebre venimos luchando por él desde hace décadas, somos unos firmes defensores. Es innato en nosotros y resulta que el mismo poder que toma esta medida urbanita injusta es el que hace años que deja morir el Delta. ¿Sabéis qué? Id al carajo, vosotros y vuestro centralismo disfrazado de modernez. Hace falta un transporte público de calidad y aparcamientos disuasivos en las entradas de las grandes ciudades. Del precio de los parkings del centro ya ni hablo porque me da algo y del despoblamiento ya hablé otro día.

A partir de ahora, quizás la gente de las comarcas más alejadas del supuesto centro podríamos hacer lo mismo: cuando vengan los de Barcelona (y perdonad, que ya sé que no todos sois iguales ni compartís la medida) que lo hagan en transporte público, eso si encuentran o si pueden llegar a tiempo. Y si no, que paguen por dejar el coche en nuestros pueblos. Así, ingresaríamos unos cuantos euritos para preservar el medio ambiente y evitaríamos imágenes de masificación y de algunas acciones incívicas que este verano nos han horripilado. Somos gente acogedora y sois bienvenidos, pero hay que mostrar respeto por la tierra que se visita y es preciso que cuando nosotros tenemos que venir a la ciudad no se nos pongan trabas. No se puede querer ser la capital de todo el mundo y aparcar a la mitad del país.