¿Leo Messi como factor estabilizador de la política argentina? ¿O como amenaza para su economía? Éste era el dilema antes del Mundial de Qatar. La final del domingo terminará de dar la respuesta. Pero, por ahora, parece que gana el factor estabilizador. Veámoslo.

Los argentinos tienen un gran desprecio por el peso, devaluado hasta extremos insospechados. Y su refugio y ahorro es el dólar. Pero desde 2011 es más difícil conseguirlos legalmente, ya que el gobierno los necesita para pagar su deuda. De modo que frente a los miles de argentinos que querían ir a ver a Messi al Mundial, para evitar desangrar las reservas del Banco Central y con el objetivo de castigar el turismo en el exterior, se creó el dólar Qatar.

De esta forma, los que gasten más de 300 dólares mensuales con tarjeta de crédito y débito en el extranjero deben pagar más impuestos de los que se aplican normalmente. El precio del dólar Qatar se calcula tomando el precio del dólar oficial y sumando el 30% del impuesto país, un 45% del impuesto de las ganancias y un 25% del impuesto de bienes personales. Así que se calcula que para viajar a ver a Messi a Qatar y pagar con la tarjeta de crédito, el dólar Qatar se paga a 344 pesos, en lugar de los 257 de antes del Mundial. Se incentiva a pagar con divisas propias y no con tarjeta de crédito y se evita perder reservas. Es verdad que, cuanto mejor va la selección, más gente viaja y que habiendo llegado a la final de domingo, más gente viajará. Pero el gobierno de Alberto Fernández, con el equipo económico comandado por Sergio Massa —que no Messi—, ya tomó medidas. Como hizo con el dólar Coldplay, pero esta es otra historia.

La ministra argentina de Trabajo pidió dejar en un segundo plano la lucha contra la inflación durante el Mundial, con el argumento de que "un mes no hará una gran diferencia"

De modo que nos queda Messi como factor de estabilidad social, política y económica de un país que, afortunadamente (o no), vive al margen de sus instituciones, ya que Argentina acumula una inflación del 100%. El valor del peso cae semanalmente en relación a monedas como el dólar y el euro y el gobierno kirchnerista se resiste a equipararlo a lo que pide el mercado internacional. El valor oficial de la divisa es de unos 170 pesos por cada euro, mientras que el valor no oficial —y con el que, de facto, se mueve la economía argentina— es de unos 300. La crispación por las dificultades económicas aumenta y polariza una opinión pública dividida entre kirchneristas y antikirchneristas. Pero, amigos, se juega el Mundial. Y Leo Mesi actúa como factor de estabilización.

Y los líderes argentinos lo saben. Hasta el punto de que la ministra argentina de Trabajo, Raquel Kelly Cecilia Kismer de Olmos, pidió dejar en un segundo plano la lucha contra la inflación durante el Mundial, con el argumento de que "un mes no hará una gran diferencia". Concretamente: “Yo considero que es necesario trabajar siempre para combatir la inflación, pero un mes no hará una gran diferencia y, en cambio, desde el punto de vista anímico, de lo que significa para el conjunto de argentinas y argentinos, queremos que Argentina salga campeona”. Pues venga.

Total que, si gana Messi, como en el poema "Nadal" de Joan Salvat-Papasseit, ignorarán la inflación y tan inflacionados que están. Ahora bien, si pierden, quizás los argentinos se dirigen a su gobierno y le dicen lo de aquel otro poeta catalán: “¿Qué miras, bobo? Andá para allá”.