En estos días ha saltado el escándalo —uno más, ya he perdido la cuenta— del conocido como “Caso Mediador”. Una supuesta trama, en la que políticos, exmandos de la Guardia Civil y empresarios, establecerían una red para gestionar fondos públicos a cambio de “mordidas” (cantidades a pagar), que se regaban de copas, drogas y prostitución. El primer nombre, Juan Bernardo Fuentes Curbelo (“Tito Berni”), asesor fiscal de profesión, era el Director General de Ganadería del gobierno de Canarias. Dejó su cargo como Director General cuando renunció al escaño de diputado Juan Enrique Roda, por lo que “corrió lista” como se suele decir en argot político, y se marchó de diputado al Congreso, en Madrid. Ya en ese momento, pasó algo que no encaja bien con la política, a no ser que la casualidad hiciera que su cargo como Director General lo ocupase alguien tan cercano como su sobrino, Taishet Fuentes. El sobrino ocupó el cargo hasta el verano pasado, cuando fue cesado por "pérdida de confianza" desde el Gobierno canario.

En estos momentos, el caso está siendo investigado por un juzgado en Canarias, y según el sumario, los investigadores apuntan a que la trama se encargaba de captar empresarios del ámbito de la agricultura y la ganadería, bajo la promesa de ofrecerles un trato de favor para acceder a fondos públicos, a cambio de que los empresarios pagasen alrededor de 5.000 euros por hacer estas gestiones. En el sumario, de momento, los nombres destacados son el del “Tito Berni”, que tuvo que dimitir en el primer momento en que la investigación se dio a conocer, su sobrino Taishet; el general de la Guardia Civil, Francisco Espinosa Navas y el empresario Marco Antonio Navarro Tacoronet, conocido como “El Mediador”. 

El escándalo se ha centrado, sobre todo, en el supuesto hecho que tenía lugar en Madrid, donde los empresarios acudían a reunirse con el diputado del Congreso, donde pasaban también por despachos de la Guardia Civil y, después, celebraban sus acuerdos en clubs donde la fiesta se celebraba con consumo de drogas y prostitutas. 

Fuentes Curbelo está siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número 4 de Santa Cruz de Tenerife por la presunta comisión de delitos de cohecho, falsedad documental, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo organizado. Pero está en libertad, ya que la Fiscalía no solicitó su prisión provisional. Algo que la propia juez ha considerado que puede ser un riesgo para la investigación, puesto que los investigados están manteniendo contacto entre ellos, y pudiendo eliminar pruebas. El que sí está en prisión es el que fuera General de la Guardia Civil, Francisco Espinosa. Fueron encontrados 61.110 euros en efectivo en su domicilio. Ante la juez, él señaló que “ganó mucho dinero en su vida profesional e hizo acopio en metálico”. 

Se han dado a conocer ya imágenes en las que "Tito Berni" aparece con prostitutas en la habitación de un hotel madrileño. También se han filtrado conversaciones que, supuestamente, habría mantenido con una de ellas en un taxi. Él ha salido negando la mayor, diciendo que desconocía que fueran prostitutas, y que eran “amigas” de otro “amigo”, mientras pedía disculpas a su familia ante semejante bochorno. Se ha señalado también que, precisamente el día que se votaba en el congreso la propuesta de ley sobre la regulación de la prostitución —el PSOE (él incluido) votó en contra—, por la noche, visitó un burdel. “El diputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias Tito Berni, terminó el Día Internacional contra la explotación Sexual de Mujeres y Niños en un prostíbulo” dice el subtitular de la noticia.

Durante estos días se ha ido generando tensión, al filtrarse los nombres de diputados y diputadas, de cargos del PSOE que supuestamente habrían estado en algunas de las cenas organizadas por esta trama. La reacción ha sido inmediata por parte del PSOE, que ha anunciado que tomarán medidas legales contra quienes han señalado y acusado de participar en esta trama de corrupción, de consumir drogas o de contratar prostitutas sin que haya pruebas, más allá de imágenes en una cena. Y evidentemente, este punto me resulta importante, puesto que en la vida pública, sobre todo de políticos, te puedes ver en cenas, reuniones, o incluso charlando con muchísimas personas de las que no tienes la menor idea de a qué oscuros negocios se puedan dedicar. Aparecer con ellos en fotografías en una cena no significa absolutamente nada más que eso: que has cenado con personas, que muy probablemente te han invitado para proponerte, comentarte algo y no tengas nada que ver en esa red. Me parece importante señalarlo porque no todo vale, y se debería ser más prudentes a la hora de hablar de personas, con nombres y apellidos, con familia y con una imagen pública, que no merecen la sombra de la duda, ni la acusación burda, sin pruebas. 

También me parece importante señalar que en esta trama aparecen también como sospechosos políticos del Partido Popular, por ejemplo. Pero de esto, por alguna razón, se está pasando de puntillas. No cabe duda de que este escándalo ha saltado ahora porque las elecciones están cerca y a quien se quiere atacar es al PSOE. Sin embargo, sería sano abordar el asunto Mediador siendo conocedores de que la red, posiblemente, salpique a otros partidos, y no se puede pasar por alto. 

Presentados los datos, toca reflexionar: ¿qué tipo de gentes nos representan en las instituciones? A la vista está, que además del caso de la corrupción por la gestión de fondos públicos (que me parece lo más importante y grave), están las fiestas regadas con drogas y prostitutas. Un modus operandi más viejo que el hilo negro, que se viene repitiendo entre élites, que dependiendo de su inteligencia, lo hacen de manera más o menos discreta. De hecho, entre los mensajes que se intercambiaban algunos empresarios con miembros de la trama, se hacía referencia precisamente a eso, a encontrarse en un reservado donde nadie les podría controlar. 

El bochornoso video de Tito Berni pidiendo perdón a su familia demuestra el talante moral del personaje. Ni en su casa sabían de las supuestas juergas y jolgorios a los que se dedicaba, supuestamente, Su Señoría. Pero Tito Berni no es, ni de lejos, el único que se divierte así. Cualquiera que esté en un partido político, en una gran empresa, en una organización de ciertas dimensiones, sabe bien que las decisiones "importantes" no se toman en las asambleas, ni en las reuniones interminables llenas de papeles. Las decisiones "importantes" se toman, como se suele decir en el argot político "de putas". Lo comentaba el otro día Macarena Olona sobre una Fundación vinculada a Vox: había una partida a la que de manera relajada se le llamaba "De putas". Es vox populi y si alguien desconocía esto, bienvenido sea a la triste realidad. 

Pero vamos a ir más allá. Porque estos días he tenido la oportunidad de hablar con algunos amigos del PSOE de Canarias, que están indignados, pero que no les ha pillado por sorpresa. Y es que, precisamente, a veces sucede que los personajes más faltos de ética y moral, son los que “trepan” y ocupan cargos. Para desquicio de las personas honestas que se afilian a un partido para servir, y no para servirse. Esa es la triste realidad de las formaciones políticas donde se amasa poder y se reparten trozos del pastel: la aplicación de la ley de hierro de la oligarquía. Estos pequeños grupos se relacionan en este tipo de fiestas (o en otras muchísimo peores), porque de ese modo, además de desatar sus lamentables instintos, establecen "lazos de sangre". De esa manera, se establecen los pactos de silencio, la camaradería del “compañero”, que por su bien, no destapará a los demás, porque, dicho en claro: “Se tienen cogidos por los huevos”. 

Conozco algún caso en el que, invitando a estas fiestas a la persona no adecuada, es decir, persona honesta alejada de este tipo de jolgorios, la reacción fue salir corriendo. ¿Qué sucedió después? Lo puede adivinar: la persecución, hasta su salida incluso del partido. La presión sufrida hasta niveles inimaginables para que no contase absolutamente nada de lo que había visto: ofrecerle cargos, ir en listas, y promesas varias para así poder pagar su silencio. 

Esto de las putas y las drogas, y a veces parece ser que cosas mucho peores, son estrategias de “compra de voluntades”. Es, como se suele decir “venderle tu alma al diablo”. Y es el problema sistémico que no sucede solamente en el PSOE. Por eso, muchísimas veces, la gente más honesta sale despavorida de las formaciones políticas, de los grupos de poder, de las altas esferas. Y adivine usted qué tipo de perfiles son los que se quedan. 

Otro apunte: salvo algunas excepciones, lo de las putas y la coca no suele ser gancho para mujeres. Por eso, en muchos casos, ellas ni están ni se las espera, y cuando se toman “decisiones importantes”, no se cuenta con ellas. Ese es, por desgracia, uno de los techos de cristal, tan cutres y tan sucios, que existen. Algunas activistas llevamos años denunciándolo: mientras las decisiones importantes se tomen en burdeles, las mujeres estarán para ocupar cuotas en demasiados casos. El caso Mediador nos debería hacer recapacitar sobre ello, porque pone en evidencia algo mucho más generalizado y trascendental de lo que parece.