Máster. Puente hacia el doctorado. Especialización después de una carrera en que lo has tocado todo pero no has hurgado en nada. Apéndice desesperado de un grado, licenciatura o diplomatura para evitar estar en el paro una vez te hayas hecho la foto de la orla.

Máster. Pagar para hacer prácticas. Pagar para ampliar la agenda de contactos. Pagar para adquirir conocimientos que los planes de estudios de las carreras se olvidaron de impartir. Pagar para escuchar las batallitas de gente que ha triunfado en tu profesión.

Máster. Piscifactoría montada por empresas donde pescar profesionales que han pagado para tener la oportunidad que los pesquen. Piscifactoría montada por universidades donde pescar más dinero de los bolsillos de estudiantes desesperados.

Máster. La razón por la cual me quedé sin celebrar el Año Nuevo. La razón por la cual he llorado delante de un calendario. La razón por la cual me quedé sin vacaciones de verano. La razón por la cual ahora miro el mundo como lo miro.

Máster. Puntos para ascender en un trabajo. Puntos para subir el sueldo. Aquel punto al currículum que te diferencia del centenar de aspirantes al mismo trabajo.

Máster. Aquello que hace amarga la jornada laboral en un trabajo mal pagado y temporal del sector servicios. Aquello que hace menos pesada un trabajo tiempo acá estimulando. Aquello que te permite sacar la espina pintiparada de una carrera anhelada pero no estudiada.

Máster. El Dorado de la clase trabajadora. El Wakanda de la primera (o segunda) generación que puede ir a la universidad. La Atlántida de mujeres con madres, abuelas o tías que no pudieron tener estudios o no continuarlos por culpa del trabajo familiar.

Máster. Algo que sirve para mantener la pantomima meritocrática de la oligarquía estatal y autonómica, mientras muchos de los simples mortales que también tienen uno hacen fortuna —o sirven cafés— en el extranjero. Algo que los políticos se afanan por tener, mientras recortan en políticas de investigación e innovación.

Máster. Expresión del complejo de nuevo rico español. Los nuevos trenes de alta velocidad vacíos que rasgan la piel de toro mientras unos Cercanías llenos a tope caen catenaria a catenaria. Los nuevos esqueletos de edificios abandonados tostándose en la era mientras todo bicho viviente se afana por pagar un techo.

Máster. El epítome de la conversión del conocimiento en mercancía. La certificación de que, cuando todo el mundo tenga uno, lo que se valorará será el doctorado.