Tal día como hoy del año 1788, hace 231 años, se declaraba un incendio que, en el transcurso de las horas siguientes, calcinaría totalmente la ciudad de Nueva Orleans (entonces colonia española de la Louisiana y actualmente la ciudad más importante de la costa sur de los Estados Unidos). Cuando se declaró el incendio, Nueva Orleans era una pequeña ciudad de 3.000 habitantes, una tercera parte de los cuales eran catalanes procedentes de Reus. La Louisiana, inicialmente una colonia francesa, había pasado a administración española después del Tratado de París (1763) que ponía fin a la Guerra de los Siete Años (1756-1763). En aquel tratado, el reino español había cedido el dominio de la Florida (actualmente Estados Unidos) a Gran Bretaña, y Francia había traspasado la Louisiana a dominio hispánico.

El tercer gobernador hispánico de la Louisiana, el coronel Esteve Rodríguez i Miró (Reus, 1744 – Bergara, 1795), sería el promotor de la participación catalana en la colonización de la ciudad y de sus alrededores. Durante su mandato (19 de agosto de 1785 – 30 de diciembre de 1790) emplazó a doscientas familias de Reus y de los pueblos de su alrededor en Nueva Orleans, y aquellos catalanes se convirtieron en el segundo colectivo de la ciudad después de los colonos de origen francés. Se emplazaron en la rue Royal (actualmente Bourbon Street) que, entonces, era el eje comercial de la ciudad; dedicados a la importación y venta de bebidas alcohólicas destiladas en Reus. También se emplazaron en fincas próximas a la ciudad, dedicadas al cultivo y exportación de algodón hacia los talleres catalanes.

Aquel incendio devastaría totalmente la ciudad, pero no provocaría su abandono. Las fuentes relatan que doce años más tarde (1800) la ciudad no tan sólo había sido totalmente reconstruida ―y los catalanes habían superado aquella catástrofe― sino que había triplicado la población en relación a la víspera del incendio. Son las mismas fuentes las que certifican un intenso comercio entre las colonias catalanas de La Habana, Santiago y Matanzas (en la isla de Cuba), Nueva Orleans (en la Louisiana) y Veracruz (México) y los puertos de Barcelona, Mataró, Vilanova y Tarragona (el puerto comercial de Reus). El año 1800 Francia recuperaría el dominio de la colonia y en 1803 la vendería a los Estados Unidos. Pero la colonia catalana continuaría arraigada a la ciudad y a su actividad profesional.