Ayer un amigo con más de veinte años en el Club me decía: "Marc, prefieren ser una S. A. a que Jan sea presidente".

Como siempre, intentar aportar valor desde la especialización y formación creo que es la única forma real de ayudar al Club; por lo tanto, vamos a los datos porque lo que no son cuentas, son cuentos.

Empecemos por el Barça y el primer gran error en confundir modelo de propiedad con modelo de gestión. Aunque sea por desconocimiento o por mala fe, algunos altavoces tienden a culpar el modelo de propiedad del desastre en el modelo de gestión de los últimos años.

Mientras tanto, algunos defendemos que hay que reforzar los órganos de control económico, tan internos como externos, que hay que mejorar la independencia de las comisiones (económica, en especial) mediante sufragio, para poder emitir informes no vinculantes pero si fehacientes del cumplimiento del plan de viabilidad y estratégico del Club. Mientras algunos sabemos que el problema no es el modelo propiedad, sino la profesionalización y capitalización de talento en el modelo de gestión, otros aprovechan el oportunismo de una crisis deportiva e institucional para crear el relato de las aparentes y falsas bondades de la privatización.

Si os parece, aportamos datos, y así ponemos perspectiva:

El modelo Bayern es irrealizable con el Barça como ya hemos dicho en repetidas ocasiones, ni por el tejido empresarial ni por la tradición en la apuesta por el deporte de las grandes compañías.

El Inter vende a los chinos la propiedad el año 2013, ¿dónde está el Inter? ¿Se pueden comparar con nosotros? ¿O solo tienen intereses personales los accionistas? Pues sí, la respuesta es esta última.

¿Hablemos del Milan? Berlusconi decía que no podía batallar con los petrodólares y le vende a Li Yonghong la propiedad el año 2017. Llegan jugadores, se gastan 195 M€ pero un año después el Milan se declara en bancarrota, y deja el club en manos de un fondo inversión americano (Eliot), con pérdidas de 145 M€; en resumen, un desastre. Incluso se retiró de la Europa League por falta de financiación.

¿Hablemos del Parma? Pues como S. A. pospusieron partidos porque no tenían dinero (ni con ampliaciones de capital) ni para pagar a los miembros de seguridad del estadio; no podían ni abrir el estadio.

¿Hablemos del Valencia? ¿Hablemos del Depor? Hablemos de la Roma, que después de años y años en manos privadas ahora parece que saca media cabeza... Por cierto, cambiando de estructuras jurídicas (nombres) continuamente...

¿De verdad eso queremos para el Barça? De los cuarenta ejemplos de clubs de primer nivel, solo tres no han sido sometidos a cambios de propietarios, estructura jurídica para evitar quiebras o después de pasar años de calvarios deportivos en el desierto por falta de capital.

La solución no pasa por el cambio de modelo de propiedad, y menos en un club tan global como el Barça, capaz de revertir históricamente situaciones de riesgo gracias a su globalidad, acceso a patrocinios, socias y socios, y por supuesto, fans en el mundo.

Tenemos que ser capaces de hacer que este relato único en el mundo de club polideportivo, social y solidario mediante la fundación nos haga únicos y nos permita capitalizar y monetizar a todos estos fans de todo el mundo.

Este modelo único que nos permite echar a una junta que no cumple con el mandato democrático, puede seguir creando fondos de ingresos para competir enfrente de clubs estado, S. A. o versiones híbridas, que a la práctica resultan lo mismo.

Fortalecer los órganos de control, profesionalizar la gestión para volver a un modelo de club sostenible son los grandes retos, mientras que proteger el modelo de propiedad de socias y socios es nuestro gran deber.