España tiene un grave problema que se llama Catalunya. Y hasta ahora han intentado resolverlo por la vía judicial y represiva. Con el cambio de Gobierno han sacado de la habitación de los trastos la palabra "diálogo". Ojo, que es mucho mejor este planteamiento que el de antes, evidentemente, ¿pero podemos confiar en él?

Catalunya ahora mismo está con aquello del wait and see, que es la manera moderna de decir que está a la expectativa. Hace 14 años asistimos al estreno del "Apoyaré", película protagonizada por ZT (Zapatero Talante). Y todo el mundo sabe cómo acabó aquello. Ahora que anuncian el estreno de la segunda parte, con Pedro Sánchez de actor principal, iremos al cine "a ver de qué va", claro que sí. Y lo haremos con la esperanza de que nos sorprendan, ¡pues claro! Pero convencidos de revivir el efecto Titanic, consistente en pagar entrada por una cosa que ya sabes que no se acaba bien.

Para saber si nos sorprenderán o no, lo mejor es mirarnos quién ha escogido Sánchez como guionistas.

La nueva ministra de Justicia es la fiscal Dolores Delgado. Progresista y muy crítica con el anterior ministro, el reprobado Catalá. Defensora de la justicia universal, consiguió la primera condena en España por crímenes de lesa humanidad, la del exmilitar argentino Adolfo Scilingo. Sí, sí, todo eso es cierto, pero también lo es que se ha pasado 25 años en la Audiencia Nacional.

El nuevo ministro del Interior es Fernando Grande-Marlaska, juez de la Audiencia Nacional desde hace 12 años. Él fue quien archivó el caso del Yak 42. Él fue quien abrió juicio oral contra los entonces dibujantes de El Jueves Manel Fontdevila i Guillermo por una portada sobre el entonces príncipe Felipe y Letizia Ortiz. Y sobre él pesan 5 condenas del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra España por no haber investigado suficientemente las denuncias de torturas hechas por detenidos que él custodiaba, pesan críticas del Comité Europeo para la Prevención de la tortura por sus métodos y pesan las críticas de otros magistrados de la Audiencia Nacional sobre la falta de garantías sufridas por algunos detenidos que estaban bajo su responsabilidad.

La nueva ministra de Defensa es Margarita Robles, también jueza. También progresista como Delgado y con un currículum donde destaca que impulsó la investigación del caso Lasa-Zabala, que ordenó buscar a Luis Roldán y que retiró los fondos destinados a los GAL.

Los hechos los juzgarán, pero que el núcleo del Gobierno con control sobre policía, Guardia Civil, CNI, ejército y sobre la justicia recaiga en dos jueces y una fiscal nos hace sospechar que la película no se acaba con el chico subiendo finalmente a la tabla y salvándose. Vaya, que los primeros fotogramas nos hacen sospechar que de momento eso no tiene visos de final feliz.