Sólo hemos tenido que esperar ocho décadas para que el Gobierno publique el listado con los nombres de los 4.427 republicanos españoles que perdieron la vida en los campos de concentración nazis, justamente, el año que se conmemora el 80 aniversario del exilio republicano. La publicación de este nuevo listado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) permite la inscripción de las defunciones al registro civil donde hasta ahora no constaban. Este era el objetivo de Franco, no reconocer a las víctimas republicanas y evitar las reclamaciones de las familias.

Las historias de miles de republicanos deportados habían quedado escondidas, durante décadas, entre libros viejos en el sótano de la sede del Registro Civil Central de la capital del Estado. Pero, entre los nombres recuperados, faltaban casi 695, los que constaban entre los certificados de defunción que el Gobierno francés envió al Gobierno de Franco a principios de 1950.

Los republicanos que acabaron en los campos de concentración nazis no fueron tratados como españoles. Franco les había negado la nacionalidad, por lo tanto, pasaban a ser apátridas. Franco fue el responsable de la deportación de los casi 10.000 republicanos españoles. Su cuñado, el ministro franquista Ramón Serrano Suñer, el encargado de organizar la represión interna en el Estado y de ejecutar el plan de extradiciones y deportaciones acordadas con la Alemania de Hitler.

Las cifras son escalofriantes. Se calcula que entre los campos de concentración de Mauthausen y Gusen murieron unas 300.000 personas. De los casi 10.000 republicanos españoles que ingresaron, más de la mitad murieron. Pero si vamos al detalle, los recluidos en los campos de concentración nazis fueron unos 9.328 —aquí faltan los 695 nombres descubiertos en los certificados de defunción del Gobierno francés—. De estos, 5.185 murieron, 3.809 sobrevivieron y 334 figuran como desaparecidos, hecho que supone un 59% de mortalidad.

En el listado publicado en el BOE constan catalanes muertos en 22 campos de concentración nazis diferentes. De las 4.427 víctimas republicanas, 936 eran catalanas. Catalunya es quien tiene más asesinatos de todo el Estado en campos de concentración.

La ministra de Justicia, Isabel Celaá, echaba cuerda a la cometa durante el anuncio del nuevo listado publicado en el BOE. El cinismo del PSOE transformado en la enèsima propuesta de marketing político. Este Gobierno, ni ninguno de los anteriores, ha mostrado el más mínimo esfuerzo por recuperar la dignidad de las republicanas y republicanos. Y lo repetiré cada semana si hace falta, pero ni PSOE ni PP han tenido la voluntad de abrir las fosas, anular las sentencias sumarísimas franquistas —que continúan vigentes en el Estado —, juzgar a los autores de los crímenes de lesa humanidad o reconocer que tenemos el mausoleo fascista mayor de Europa con 33.847 víctimas republicanas enterradas al lado de su verdugo. La impunidad del fascismo en el estado español con el aval de los políticos.

El Gobierno del PSOE, lejos de hacer cumplir los ejes principales de la ley de memoria histórica, prefiere llenar portadas de diarios con un trabajo torpe y lleno de errores. Y el listado publicado en el BOE es el claro ejemplo de ello.

El mismo día de la publicación en el BOE hablaba con los historiadores Noemí Riudor y Jordi Oliva. Aturdidos, como yo, del despropósito de un Estado que sólo le interesa la memoria, simplemente, por pura estrategia de marketing. Rápidamente, se dedicaron a puntear y contrastar el listado del BOE con los listados ya existentes de los nombres de muertes en deportación en los campos de concentración nazis. Y lo primero que denotan es falta de rigor en la investigación y en el contraste de la información, así como errores gravísimos en la toponimia y en los apellidos.

Ambos historiadores precisan que del listado de deportados colgados en el Portal de Archivos Españoles (PADRES) —el portal que se ha nutrido del Libro Memorial Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945) — se detectan errores en apellidos que aparecen en el listado del BOE y que estos tendrían que haber sido corregidos. También se detectan errores en los nombres de las poblaciones que, con un poco más de dedicación, se habrían podido evitar.

Se puede constatar que detrás del Libro Memorial había una gran tarea de investigación que integraba varios estudios. Para poner ejemplos de la falta de rigor del listado publicado en el BOE y, comprobadas y contrastadas las comarcas de Tarragona y Lleida, se detecta que no constan 8 víctimas mortales. Han desaparecido los nombres de Ramón Cedó Margalef (Tivissa, Ribera d'Ebre); Antonio Orteu (Dorve, Pallars Sobirà); Estanislao Pedrola Rovira (Montbrió del Camp, Baix Camp); Jaime Planas (Vilanova de la Barca, Segrià); Francisco Puy Bonet (Torregrossa, Pla d'Urgell); Melitón Sala (Vilanova de Meià, la Noguera); José Sanahuja Nadal (Espluga de Francolí, Conca de Barberà) y José Simón (Bell-lloc d'Urgell, Pla d'Urgell).

En el listado del BOE tampoco constan las personas desaparecidas o las personas de las que no se dispone de datos de liberación o muerte y que sí que constan al Libro Memorial. En estos casos, si no es haciendo una investigación profundizada, no podemos saber si sobrevivieron o murieron en deportación. Por ejemplo, en la comarca del Pallars Sobirà tenemos el caso de Juan Serís, que es posible que muriera en deportación aunque todavía no se puede afirmar con total certeza. Por el contrario, en la comarca de La Ribera d'Ebre tenemos el ejemplo de Amaro Castellví que parece ser que sobrevivió ya que se localiza como suscriptor, en el 2006, de la revista Le Serment —los deportados en el campo de concentración de Buchenbwald—. ¿Qué criterio hace que estos casos caigan de la lista? ¿Se investigó y se sabe que sobrevivieron?

Otro error que se detecta en el BOE es que hay nombres incompletos o que presentan discrepancias respecto de la información del Libro Memorial. Luís Miralles Casado (Riudecanyes), en el BOE no aparece el segundo apellido. José Antonio Lorenzo Viñas Jané (Llorenç del Penedès), en el BOE no aparece el primer apellido. Ramon Alsedà Sanou, aparece en el BOE como Ramón Alceda Sanan asesinado en Gusen, pero fue asesinado en Hartheim según el Libro Memorial. Jaume Viladrosa Montraveta, aparece en el BOE como Jaime Vilagrosa Monrabeta y, en cambio, aparece al Libro Memorial como Jaime Vilagrosa Montraveta, nacido en Lloberola (término de Biosca), y que consta que fue asesinado en Mauthausen, pero lo fue en el Castillo de Hartheim.

Los topónimos también presentan muchos errores que se tendrían que haber corregido, ya que la toponimia está totalmente sistematizada. Eso dificulta mucho la búsqueda de las víctimas. Por ejemplo, con respecto a los nombres de las poblaciones, Roselló, aparece como Rosello y Rossellon; Serós, aparece como Seras; Torrefarrera, aparece como Torrelafarrere; Xerta, aparece como Cherta; Pont de Bar, aparece como Pondevar; Pinell de Brai, aparece como Pinell de Brach; Ulldemolins, aparece como Ulldemelins; la Noria, aparece como la Cenia; y La Prenyanosa, aparece como Prenenosa.

Entre estos errores o discrepancias con los topónimos también encontramos a dos víctimas que en el listado del Libro Memorial aparecen como originarios de L'Espluga de Francolí y en el BOE constan como originarios de Esplugues de Llobregat. En un caso se indica como provincia de Barcelona y en el otro como provincia de Tarragona: Juan Roselló Huguet (Esplugues de Llobregat, Barcelona) y Antonio Vendrell Casares (Esplugues de Llobregat, Tarragona).

Ya lo ven, cuando priorizas la política de la fotografía y del marketing pasan estas cosas. Para acabar, dos apuntes. Este país necesita más Noemí Riudor y Jordi Oliva. Y lo último, justo hace dos días que se conmemoraban los 79 años de la detención del presidente Companys en Francia y su sentencia de muerte continúa vigente en el estado español.