"En todo nuestro trabajo con respecto a los municipios rurales, aplicamos una perspectiva republicana de entender nuestro país y su diversidad de ruralidades." En política la ambigüedad es un arma más. Cuando Laura Vilagrà utiliza expresiones como "perspectiva republicana" o "diversidad de ruralidades" no lo hace en vano, aun siendo consciente de que algunos se dan cuenta de que utiliza las palabras para construir un laberinto conceptual que desemboque a la nada. Cuando nada quiere decir nada y, por lo tanto, no explicas de dónde vienes, qué haces y donde quieres ir, dejas de ser fiscalizable. Si tienes el personal bien mareado dentro del frame que te interesa puedes inventar tantos molinos de viento como desees y combatirlos con humo; puedes arreglar cada "vía amplia" con uno "trabajar incansablemente" y cada "derechos, libertades y democracia" con un "poner a las personas en el centro". En comunicación política eso es tan fácil como coger los conceptos con que te interesa que te asocien y tirar millas con todas las combinaciones que tales conceptos ofrezcan. Pero si las palabras son la finalidad en sí misma, si no los quieres para marcar una agenda o inducir un estado de ánimo en la opinión pública sino que para deformarlos hasta que queden vacíos y a tu servicio, al final sólo sirven para tapar miedos.

Si nadie sabe qué argumentos defiendes, nadie sabe con qué contraargumentos te tiene que atacar y quedas protegido por tu propia pusilanimidad

Cuando nada quiere decir nada es fácil que todo el mundo lo llene de lo que más le convenga y lo estime, porque se lo hará sede. Si además nadie sabe qué argumentos defiendes nadie sabe con qué contraargumentos te tiene que atacar y quedas protegido por tu propia pusilanimidad. O eso es lo que te piensas, porque no quererte hacer responsable de los sentidos de aquello que dices no es gratuito y la pusilanimidad, tampoco. Vaciarlo todo para que quepa todo el mundo es abrir las puertas para que también quepa el enemigo, es prestarte a ser el caballo de Troya de aquello que un día te comprometiste a deshacer. Pervertir el lenguaje siendo el débil de la batalla es renunciar a defenderte porque es dejar las ideas a merced de quien|quién tiene la fuerza para imponerlas mientras distraes el gallinero para no tener que cargar, también, con el peso de sus reproches. La "perspectiva republicana" y la "diversidad de ruralidades" hacen risa hasta que entiendes que no habrá un proyecto sólido para Catalunya hasta que no haya alguien dispuesto a hacerse responsable de los sentidos de las palabras que lo tengan que definir. Vaciar y gastar, en el fondo, son lo mismo y está aquí donde incluso el independentismo convergente más radicalizado falla, porque no es suficiente con ponerse las palabras en la boca: se tiene que querer asumir las consecuencias.

Hablo de todos aquellos que pervierten el lenguaje para no tener que hacer nada, para no tener que explicar nada, para no tener que comprometerse con nada

Cuando en un examen no me sabía la respuesta me valía de una cierta habilidad en la escritura para estructurar alguna cosa con los conceptos que me bailaban por la cabeza y rascar un par de décimas. El profesor lo sabía, pero a veces valoraba el esfuerzo y me daba las decimillas que buenamente le había suplicado. Es cansado darse cuenta de que el país es a manos de la alumna que se aprovecha del cansancio del profesor que carga con una cincuentena de exámenes corregidos para maniobrar con cualquier cosa y no explicar nunca cuál es el puerto donde ancla el barco. Y no hablo de Laura Vilagrà, hablo de todos aquellos que pervierten el lenguaje para no tener que hacer nada, para no tener que explicar nada, para no tener que comprometerse con nada. Es todavía más cansado, sin embargo, ver que, a menudo, las distracciones funcionan o son perdonadas y la alumna recibe las decimillas que, dedicándose a enredar con ademán serio y solemne, cree que se ha ganado. Si todo el esfuerzo que se invierte en calcular la pirueta exacta para mantener el equilibrio entre aquello con que se identifican y aquello que no los compromete lo invirtieran en cómo hacerse responsables de todo lo que han vaciado, el lenguaje volvería a tener sentido. Y nosotros también.