Tiendas llenas a tope. Centros comerciales a reventar y gente, mucha gente, por todos lados. Comprando, mirando y curioseando. Porque, en el fondo, esto es la Navidad. Pero detrás de esta realidad coexiste otra. Mientras las luces lo inundan todo, ¿os habéis parado a pensar en los trabajadores y trabajadoras que os atienden?

Para ellos, el diciembre no existe. Y para muchos, esta situación se les alarga hasta el mes de enero, con las rebajas. Desde hace un par de años, la campaña de Navidad del comercio empieza muy pronto. Con la asunción del Black Friday, una tradición norteamericana que nos hemos apropiado. Desde este día hasta mediados del mes de enero, estas personas trabajarán sin descanso. En horarios maratonianos que muchas veces los harán empalmar casi días enteros, y sin derecho a conciliar la vida laboral, familiar y personal; todo eso, con unos salarios de miseria. Estos son los efectos hacia los profesionales estables del mundo del comercio. Un personal altamente feminizado —un 70%— que vive en el trabajo y para el trabajo, "gracias" a la ley de horarios comerciales, que da libertad casi total al Estado, a pesar de los intentos de regulación en Catalunya.

Es necesario que tengamos profesionales bien formados en el comercio y que hagamos de este sector un lugar de prestigio que no sea una profesión de paso, sino que se convierta en un empleo con futuro, basándose en una formación sólida y una contratación estable y de calidad

Como cada año, las cifras nos hablarán del efecto contratación de personal en las estadísticas del paro por la campaña de Navidad. Pero la situación de partida es dramática. El comercio ya ha perdido, en unos diez años, aproximadamente 100.000 trabajadores y trabajadoras. Es decir, que se atiende a la gente con unas fuerzas muy menguadas de por sí en el día a día. Pero cuando llegan las puntas de trabajo, se contrata personal. Y es aquí donde hay que poner el foco. En la precariedad sistemática en la que se contrata. Por horas, por días, con jornadas irregulares... haciendo de los trabajadores y trabajadoras del comercio una barra libre de contratación que sólo es el síntoma de un sector enfermo que ha hecho de la precariedad su rasgo distintivo. Porque si habláramos de "campaña de Navidad", se tendrían que hacer contratos para todo el mes de diciembre hasta la primera quincena de enero. Y, desgraciadamente, no es así. No es lo mismo trabajar un mes y medio —con cotizaciones estables y horarios regulares— que hacerlo por horas y días. Y este tipo de contratación también es un síntoma del modelo comercial que queremos. Es necesario que tengamos profesionales bien formados en el comercio y, sobre todo, que hagamos de este sector un lugar de prestigio que no sea una profesión de paso, sino que se convierta en un empleo con futuro, basándose en una formación sólida y una contratación estable y de calidad.

Este futuro será para las trabajadoras y trabajadores "ortodoxos" del comercio. Porque detrás de las compras navideñas y el Black Friday hay otra realidad escondida. Las compras en línea han crecido, durante el viernes pasado, un 70%. Muchas de las empresas de venta en línea esconden realidades draconianas en condiciones de trabajo. Hoy en día, comprarte una cosa en una web y que te la entreguen en casa en menos de dos horas es posible. Sin embargo, ¿qué realidad se oculta tras la inmediatez de entrega de pedidos? Personas que trabajan en fraude de ley, "falsos autónomos" que por pocos euros la hora, ni ninguna seguridad laboral ni física, se juegan la vida para llevarnos lo que queremos, ya en casa o en el trabajo. Porque las compras las queremos ahora y aquí. Y este deseo que nos hemos creado está creando una economía totalmente descontrolada y en paralelo que fractura el mercado de trabajo.

Este año la Navidad no será normal. La situación política —pase lo que pase el 21 de diciembre— a muchos nos ha sumergido en un estado psicológico de tristeza y rabia infinita. Y eso es muy probable que afecte también a nuestras compras navideñas. Pero cuando vayáis a comprar —sea presencialmente o en línea— pensad en la persona que os atiende y en la situación en que se encuentra. Pensad y consumid de manera responsable.