Esparreguera se les quedó pequeño. Girona también. Ahora parece que será en Sabadell. Y si seguimos así será en el Sant Jordi. Y si también desbordan el aforo, la podrían hacer (la asamblea de la CUP, que es el tema que nos ocupa) en el Camp Nou y aprovechando el Catalunya-Euskadi de fútbol.

Y si también llenan el estadio azulgrana, pues ya puestos, como tampoco faltarán muchos para ser el total del censo, nos inscribimos todos (y todas) a la asamblea y acabamos haciendo unas elecciones para decidir si hacemos elecciones.

La cosa es que el domingo el Tribunal Cupstitucional decidirá entre las 4 propuestas presentadas por la dirección del partido y que se resumen en dos: Mas president o elecciones. Sí, sí, como la asamblea de Manresa. Exactamente así. Un mes después estamos allí mismo. Y sí, ya sé que también (como allí) hay la propuesta de candidatura presidencial alternativa a Mas, pero siguiendo con el ejemplo de ayer, antes cenaré yo con Halle Berry que Junts pel Sí presentará un candidato alternativo. Por lo tanto, si le parece, dejemos de perder el tiempo (todavía más) con vías muertas.

Si sale que sí a Mas, después vendrá el tema de si la cigüeña trae a la criatura con un pacto de estabilidad y unos presupuestos debajo el brazo o no. Porque si esto fuera que no, Mas tendría menos futuro parlamentario que Rafa Benítez en el banquillo del Real Madrid y haría que el pacto fuera un desastre. Por lo tanto, habría que ver cómo lo visten.

Sin embargo, si sale que no a Mas, ¿qué panorama se nos vendría encima?

De entrada, habría una nueva coalición: Separats pel Sí. Convergència (o como se llame dentro de dos meses) y Esquerra no repetirán coalición. Sobre todo porque Esquerra vuelve a ver que si van solos ganarán las elecciones. Ahora bien, en este escenario volvemos a estar como en el mayo pasado. ¿De qué le sirve a Esquerra ganar las elecciones con 35 diputados y de qué le sirve al procés sumar los 25 de CDC (o el nombre que toque)? ¿Qué haría el soberanismo con 60 diputados? Y ahora usted me dirá: "Sume los de la CUP". Bien, de eso hablaremos un poquito más abajo, no se vaya.

Total, que Esquerra ganaría la centralidad entre CDC y CUP y sería la goma que los uniría, y a nivel de partido se convertirían en el nuevo centro de gravedad, muy bien, pero por no sumar mayoría absoluta y con otros 4 efectos colaterales:

1/ Sin lista única, ¿qué pasaría con los independientes como Romeva, Llach, Muriel, Forcadell?

2/ ¿Volverían a hacer el debate de si suman más juntos o separados? La experiencia de las generales demuestra que suman más juntos y costaría mucho explicárselo a los sufridos votantes.

3/ Aunque no fueran unas elecciones planteadas como un plebiscito, Ciutadans recuperaría la antorcha del no (que es el discurso que le da votos y sin el cual es un PP tuneado) y podría colocarse como segunda fuerza, cosa que provocaría muchos infartos entre los indepes más sensibles.

4/ La gente que fue a Alcanar a cogerse de las manos, que compró 6 camisetas para hacer la bandera con la familia (a precio de mariscada) y que todavía no ha entendido aquello del puntero del último 11S, está hasta las orejas de todos. Primero le dijeron que teníamos prisa, ahora tardamos tres meses en hacer un gobierno y quizás no lo hacemos y la última noche electoral algunos indepes de piedra picada van y hacen una lectura política del futuro del procés... ¡¡¡en clave española!!! No es país para sensibles.

Pero lo que realmente mueve la foto de unas posibles elecciones en primavera es el efecto Colau. Todavía no sabemos si aspira a presidir Catalunya o España, pero sólo que diera apoyo a un candidato estilo Domènech (un tipo normal, con un discurso normal, que provoca empatía, que no genera rechazo al electorado y que es el profesor de Historia que todos querríamos haber tenido), el mapa electoral cambiaría radicalmente. Y ya no le digo si encabezara la lista. Y los más perjudicados serían, sobre todo, la CUP. O sea, que en los posibles 60 diputados de Separats pel Sí, no se podrían sumar 10 de la CUP como ahora, porque no estarían. Pero es que tampoco serían 60 porque Colau también rascaría a Esquerra. Pero es que en la otra parte del cuadro también recibiría el PSC y un poquito Ciudadanos.

El terremoto les afectaría a todos. Y todos lo saben. Y todos, menos Colau, rezan para que no haya elecciones.

El domingo a las 9 de la noche, de momento en Sabadell, empezaremos a saber qué pasa de todo eso. Y si ceno o no con Halle Berry.