En una decisión que carece de precedentes y que debería hacer sonrojar a cualquier demócrata y defensor de la libertad de información, la Junta Electoral Central ha decidido tomar el control durante unas horas de TV3 y convertirse, de facto, en su equipo de informativos y de programas, al establecer cuál debe ser la parrilla televisiva de la tarde del próximo domingo, el último de la campaña del 27-S. Así ha quedado establecido, primero, por una resolución de la Junta Electoral Central de las últimas horas y, finalmente, por un escrito urgente de la Provincial de Barcelona, que obliga a TV3 a transmitir actos de los partidos que no asistieron a la manifestación de la Diada del pasado 11 de septiembre. Las formaciones políticas escogerán a su gusto los actos de promoción y publicidad que deseen, en proporción a su representación en el Parlament de Catalunya. No vale la pena recordar –porque tampoco hay interés en conocerlo– que la transmisión de la Diada respondía a un criterio informativo nada discutible y que los profesionales que la llevaron a cabo en los medios públicos expresaron su opinión y no la de los partidos. Es perverso comparar el trabajo de estos periodistas con un acto de propaganda electoral como hace la JEC al obligar a transmitir como compensación los mítines que escojan los partidos no soberanistas.

Casualmente, la resolución de la Junta Electoral ha coincidido con la denuncia pública del Síndic de Greuges, Rafael Ribó, por lo que considera un exceso desproporcionado de presencia de partidarios del unionismo en las cadenas privadas de televisión en España. La cuestión no es baladí ya que también es la Junta Electoral el órgano que debe velar por el cumplimiento de la legislación vigente. Ribó hasta el momento ha predicado en el desierto y su informe que recoge que TV3 y también TV1 mantienen una clara proporcionalidad en la información electoral ha tenido el silencio como respuesta. Nadie ha hablado. Ni tan siquiera para ayudar a Televisión Española, que languidece en medio del ostracismo más evidente.