"Hay que aprovechar la ocasión y hacer pronto lo que antes de su momento no se podía."
Petrarca

Vivir de cerca el proceso de nombramiento de un juez para un cargo es una experiencia de la que se aprende mucho. Sólo se le pueden aproximar las conspiraciones vaticanas, famosas por su finura y crueldad. Fue un viejo magistrado muy vaticanista, por cierto, no por cruel sino por católico adverado, el que me dio la clave en una frase un día: "Hija, pase lo que pase y digan lo que digan, aquí lo importante es que el nombre salga en el BOE designado para el puesto; después lo podrán impugnar, podrán hacerte la vida imposible o ponerte zancadillas, incluso conspirar contra ti, pero ya estás nombrado". Dudo mucho que Pedro Sánchez pudiera haber conversado nunca con el ya finado, pero, de haberlo hecho, estoy segura de que durante su investidura se acordaría de tan destilada frase. Una vez que te nombren... que clame el dios de la ira.

Mientras comprobamos cómo logra explicar el candidato su actual convicción respecto a una solución que reputaba inconstitucional e imposible hasta hace tres meses —pero que le da unos votos imprescindibles— y mientras contenemos el aliento por ver si a la purria facha no le da por intentar hacer el imbécil en el Congreso, vamos a repasar algunas extrañas cosas que han sucedido en el último momento y las que aún pueden suceder. Lágrimas en la lluvia. Oigo cosas que no creerían allá por Orión.

La primera es la soledad del PSOE en la presentación del proyecto de la ley de amnistía "para no marear más la perdiz", por no decir que se debió al empeño sostenido de ERC por seguir revisando y planteando opciones para el artículo 2 del anteproyecto de ley, justo en el apartado que habla de las exenciones a la amnistía y que recoge la amnistía de las acusaciones de terrorismo "cuando no haya sentencia firme". Ese punto lleva siendo una china en el zapato desde la maratoniana negociación del domingo pasado y sigue sin estar claro que ERC no lo enmiende. ¿Por qué? Dicen los republicanos que no están seguros de que cubra a Tsunami y a los CDR. No veo la pega, puesto que ambos están en fase de instrucción. Otros ven en la fórmula que proponen los de Junqueras un marco que acabaría por dejar margen a García-Castellón para jugársela a Puigdemont y Rovira, que están imputados. ¿Por qué iban a hacer tal cosa? Parece que temen que ese artículo sea inconstitucional pero a los propios afectados no les cabe duda de que no y por eso lo propusieron. No entiendo nada. Esperemos que ese punto admitido por el PSOE y Junts como opción segura —¿por qué iban a querer que se lo tumbaran?— no se convierta en una nueva manzana de la discordia entre ambos partidos independentistas. De facto, ese es el único motivo por el que el PSOE registró en solitario sin decir ni palabra a Sumar y con la aquiescencia de los vascos, que no iban a ir sacando pecho delante de los catalanes.

La amnistía tiene en contra a millones de españoles, incluidos votantes socialistas, unos por sus implicaciones y otros por el engaño que supone un Sánchez que la negó y afirmó categóricamente que no cabía en la Constitución

No hace falta que les diga que los ánimos andan encendidos en el foro. Más allá de las astracanadas de Vox —esa absurda querella que será inadmitida y sólo refuerza a Sánchez y sus socios— hay todo tipo de movimientos para fraguar formas de retrasar o complicar la aplicación exprés de la amnistía. El cambio del reglamento del Senado es una, pero es ingenuo pensar que los jueces y tribunales afectados no intentarán buscar un resquicio para intentarlo. Turull asegura que "se han puesto todas las garantías para que no salgan jueces haciendo argucias procesales para intentar esquivar la aplicación de esta ley" y que "aquel juez que se invente cualquier excusa y no haga la aplicación de la ley, que es su función, estará prevaricando". Es bonito estar así de convencido, pero no hay ninguna ley tan perfecta que no tenga algún resquicio que unas cuantas buenas cabezas jurídicas no puedan buscar y lo están haciendo, y hay que recordar que la prevaricación, como el resto de delitos, los sustancian los tribunales. Por cierto, los jueces de la Audiencia Nacional están aforados al Supremo. Habrá movimientos en ese sentido, que no quepa duda. Máxime tras la brillante idea de introducir en el acuerdo político la palabra lawfare relacionada con investigaciones del Congreso. Están que trinan todos, progresistas incluidos.

"Lo importante, hija, es que nombren, luego ya..."

Pasarán más cosas. Por mucho que los socialistas repitan a todo el que les quiera oír que lo único que le importaba a Puigdemont era la amnistía y que lo otro son brindis al sol, a principios de la semana que viene se reunirá la mesa de negociación en Ginebra. No es una mesa comparable a ninguna conocida, de hecho, los socialistas han aceptado el esquema de un acuerdo de paz, con un documento de desencuentros que será negociado bajo la supervisión de mediadores. Ese mismo día conoceremos el nombre del personaje que servirá de relator y que ejercerá de portavoz de los mediadores, que no se circunscriben a él sino que suman además a dos entidades que van a dejar ojipláticos a casi todos cuando finalmente se conozcan. Es más, auguro que alguno de los que ahora más grita se le va a helar la voz cuando conozca de qué se habla. Es cosa seria. No va a poder el PSOE convencer a nadie de que se trata de una mesita más, similar a las pactadas con ERC. Para nada.

Ese será otro paso en el calvario de Sánchez, puesto que quedará totalmente claro que ha aceptado una intermediación internacional real y al más alto nivel para negociar sobre el conflicto catalán y sobre los puntos de desencuentro recogidos en el acuerdo político. Cuando esa realidad se plasme, en la oposición van a estallar. Recuerden que a Calvo casi la linchan por insinuar que se podía aceptar un relator en una mesa con los catalanes. Insisto, eso se quedaba a años luz de los que participarán en el proceso pactado en Bruselas.

Sigue habiendo movimientos y juegos extraños que no van a cesar. "Pero estarás ya nombrado, hijo..." Pero dependes de que estos no hagan descarrilar el proceso para gobernar. Incluso he oído la teoría de que bastaría con que tres diputados socialistas manchegos o de otra parte se abstuvieran para hacer descarrilar la ley de amnistía que precisa 176 síes. Son eso, juegos de imaginación, juegos extraños, pero no podemos descartar que alguno cuaje. La amnistía tiene en contra a millones de españoles, incluidos votantes socialistas, unos por sus implicaciones y otros por el engaño que supone un Sánchez que la negó y afirmó categóricamente que no cabía en la Constitución.

Esto no ha hecho sino empezar. Sería un éxito si todo hubiera concluido con la llegada del próximo verano, pero no olviden el maravilloso símil de los nacionalistas vascos: el pacto es como una trainera, sólo hace falta que todo el mundo sepa hacia dónde remar y que lo hagan a la vez, porque como se enreden las palas, habrá naufragio. Por muy nombrado que estés.