Tras cerrar un polémico preacuerdo para una coalición con los socialdemócratas del SPD, el tiempo de Angela Merkel está llegando a su fin. El proceso para su sucesión en la CDU ya ha comenzado. El futuro que se prepara en Berlín basculará entre más Europa o más Alemania, donde la frustración es creciente. La Unión Europea no tiene el porvenir asegurado.

Hay un cansancio de Merkel como se hizo evidente en las últimas elecciones, con el surgimiento del partido populista Alternativa para Alemania (AfD), que puede agravarse con las concesiones de la CDU ante las exigencias de Martin Schulz, que ha obtenido para sí mismo la cartera de Exteriores, aunque posteriormente ha renunciado, además del Ministerio de Finanzas y el de Trabajo para su partido. "La composición del gabinete es un error político", dijo Christian von Stetten, un miembro destacado de la CDU muy relacionado con el mundo de los negocios. El lunes, el indicador de febrero sobre la confianza de los inversores en la eurozona cayó a causa de la preocupación que suscita la coalición.

Consciente de su desgaste, la canciller ya ha dado los primeros pasos sobre su sucesión eligiendo a Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK) para ocupar su puesto al frente de la CDU. Esta mujer de 55 años, experta en cuestiones de Interior y que dirige el estado de Sarre (menos de un millón de habitantes), peca de inexperiencia en el ámbito federal. El problema que tiene ahora Merkel es que la cartera de Interior corresponderá a los bávaros de la CSU, mientras el SPD se ha adjudicado, por su parte, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales que Merkel, quería ofrecer a AKK.

Pero aún hay más. Pese al éxito en la gestión de la crisis europea, el Ministerio de Finanzas que dirigía Wolfgang Schäuble (hoy presidente del Bundestag) ha pasado a manos de Olaf Scholz, del SPD. Schäuble hizo bien su trabajo, pese a la oposición que encontró en buena parte de los países del sur, incluido Francia. Ahora París quiere reformas institucionales como la creación de un Ministerio de Finanzas europeo, que gestione un presupuesto común, así como la transformación del Mecanismo de Estabilidad en un Fondo Monetario Europeo. Los "cinco sabios" o institutos de economía alemanes se han opuesto y el expresidente del poderoso IFO, Hans-Werner Sinn, ha advertido a sus compatriotas que "vamos a una unión de transferencias fiscales en Europa de norte a sur".

Durante un tiempo, Schäuble, que tuvo que renunciar y hacerse a un lado para permitir que Helmut Kohl acabara perdiendo frente a Gerhard Schröder en su intento de ser canciller por quinta vez, ha estado impulsando hacia la cumbre a su secretario de Finanzas, Jens Spahn.

Pero este cualificado y heterodoxo economista ha quedado fuera tras la victoria del SPD, que ocupará la cartera de Finanzas. Quienes han seguido su trayectoria han percibido semejanzas con el nuevo canciller austriaco Sebastian Kurz, que se ha sumado a la rebelión de los países del Este contra los proyectos de relanzamiento de la UE. Prefieren patriotismo a una Europa más fuerte.

La cuestión de los refugiados, que deberá ajustarse a la "capacidad de integración”, y la fronda anti-Bruselas, a la que se apuntan muchos alemanes al estimar contraria a sus intereses, puede provocar un efecto bumerán de gran peligro para el futuro de la Unión Europea.