"Y sin que nadie hable de exuberancia irracional", añaden los inversores en corros y mensajes enviados desde las pantallas de negociación. En Wall Street, el Dow Jones ha superado en noviembre y por primera vez en su historia los 24.000 puntos. El aplazamiento de la aprobación de la reforma fiscal por el Senado hasta la madrugada del sábado 2 de diciembre oscureció en la última jornada el cambio alcista producido.

La OCDE ha revisado al alza las previsiones de crecimiento mundial hasta el 3,7% en 2018, mientras la OPEP cerraba en Viena un acuerdo para extender los recortes de crudo hasta finales del año que viene. El Brent ha rondado estos días sobre los 63 dólares el barril.

Un momento caliente en la formación del positivo estado de ánimo reinante en los parqués tuvo lugar cuando se supo que la economía norteamericana creció el 3,3% en el tercer trimestre, el nivel más alto desde 2014. Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal (FED), afirmó ante el Comité Económico del Senado que "la expansión económica es cada vez más general en todos los sectores, así como en gran parte de la economía global". Jerome Powell, que la relevará en febrero de 2018 en la presidencia de la FED, dijo que se ha ampliado el consenso favorable a subir los tipos de interés este mes, pero el mercado lo da por descontado. Por su parte, Peter Praet, economista jefe del BCE, destacó "la notable expansión" europea.

Junto con los datos que muestran un horizonte más prometedor, se ha extendido la opinión de que los impulsos monetarios aplicados por los bancos centrales en Estados Unidos, Europa y Japón han alcanzado su objetivo: lograr una expansión estructural de la actividad económica, las ganancias empresariales y el empleo.

En la Bolsa de Nueva York los inversores han estado pendientes de la aprobación del plan de reforma fiscal presentado por la Casa Blanca, cuya cláusula más importante es la reducción del impuesto de sociedades del 35% al 20%, lo que, entre otras cosas, permitirá a las empresas americanas repatriar las ganancias de sus filiales extranjeras sin pagar impuestos adicionales en Estados Unidos. Según el conocido experto de Harvard Martin Feldstein, "es razonable suponer que en los próximos diez años llegará por lo menos a 5 billones de dólares, lo que aumentará la productividad y los salarios reales".

Desde Pekín, Xi Jinping envió un mensaje a Buenos Aires en que indicó que "la actual recuperación y tendencia alcista de la economía global está estrechamente ligada a los empeños del G-20", que el líder chino equipara a "la comunidad global", uno de los lemas que propone para el futuro mundial. Nadie quiere quedar fuera de este feliz momento.