"No habrá una guerra comercial, por cierto", dijo Donald Trump a los periodistas antes de intervenir el viernes en el World Economic Forum de Davos. Y, aliviadas, las bolsas internacionales volvieron a subir un día más. Y el dólar se apreció.

La víspera, Angela Merkel mencionaba los precedentes de la II Guerra Mundial aludiendo a las respuestas agresivas de las potencias mundiales que apostaron por un proteccionismo destructivo. Ello "nos lleva hoy en Europa a orientar nuestras relaciones tal vez fuera de EEUU, hacia China y Asia".

Trump le respondió con su rotundidad habitual. "Ya no haremos la vista gorda con las prácticas comerciales injustas". Y añadió: "Restauraremos la integridad del sistema de comercio, un sistema que funcione no sólo para EE.UU., sino para todos los países". No se puede "tener un comercio libre y abierto si algunos países explotan el sistema a costa de los demás", señaló, sin mencionar a ningún Estado.

Apple y Google esperan que el mensaje no se pierda

El secretario de Comercio de EE.UU., Wilbur Ross, había afirmado 24 horas antes: "Ha habido una guerra comercial desde hace bastante tiempo. La diferencia, que las tropas estadounidenses están llegando a las murallas".

De hecho, la Administración impuso aranceles de hasta el 50% a las importaciones de varios productos procedentes de China y Corea del Sur, como frigoríficos y paneles solares.

En tono conciliador, Trump dijo: "Apoyamos el libre comercio, pero este tiene que ser justo y generar beneficios recíprocos". Y, entre las infracciones habituales que la OMC no logra frenar citó "el robo masivo de la propiedad intelectual, los subsidios industriales y las intervenciones estatales persuasivas" en países que se resisten y que son habituales, en el caso de China, como informó The Economist. Apple y Google esperan que el mensaje no se pierda.

De ese modo, la Casa Blanca leyó la cartilla al discurso en pro de un multilateralismo verbal ofrecido por Xi Jinping en la anterior edición de Davos. Curiosamente, estos días Pekín ha anunciado una apertura —hasta ahora restringida— de sus mercados internos que incluso "superarán las previsiones", según ha prometido.

La fuerza gravitacional de la economía americana sigue siendo decisiva

A la vista de todo esto, en el mercado se opina que puede haber reacciones y represalias por parte del gigante asiático, pero se estima que China no está interesada en una respuesta a corto plazo.

Fuera del gran debate, Emmanuel Macron propuso una refundación de la mundialización, que denominó "un nuevo contrato mundial", en el que la educación debe jugar un papel primordial para atajar las desigualdades, junto con la preocupación por el cambio climático y la lucha contra el terrorismo. La presentación del joven presidente francés causó buena impresión, pero no evitó que una parte de los asistentes abandonara la sala. La fuerza gravitacional de la economía americana sigue siendo decisiva. Especialmente cuando en EE.UU., como dijo tras participar en una mesa con banqueros centrales el gran experto Ray Dalio, "todo es bastante bueno con una gran sacudida que proviene de los cambios de las leyes impositivas" que van a provocar un retorno muy importante de capital americano al país

El lema de Davos este año era "Compartir el futuro en un mundo fraccionado". Sin caer en buenismos, Trump presentó su propuesta de invertir en América a los empresarios y financieros internacionales reunidos en la Montaña Mágica. Y en medio de la nieve, su mensaje caló.