No hace demasiado, a mediados de abril, el sentimiento general era que la economía global había entrado en la peor recesión desde los años 30. Hoy, ese lúgubre panorama ha sido reemplazado por un lema conocido como "Tina" que significa "There is no alternative to stocks" ("no hay alternativa a los mercados"). Las bolsas están marcando con firmeza el paso hacia la recuperación.

El premio Nobel de Economía Milton Friedman y Anna Jacobson demostraron en "Una historia monetaria de los Estados Unidos" que un colapso en la cantidad de dinero fue la causa principal de la Gran Depresión. Esa era la receta: más dinero, no más deuda, lo que se habría que aplicar hoy para eludir al abismo. Los bancos centrales, liderados por la Reserva Federal (Fed), han volcado seis billones de dólares en el mercado, cifra que según algunos puede llegar a diez a final de año. El miércoles, la Fed proporcionó otros 500.000 millones de dólares adicionales. No a los años 30.

"Tina" viene acompañada de otra máxima "Fomo", que sería la advertencia a los rezados de "no perder la diligencia porque ya se ha ido". Es decir, tienes que apostar antes de que el miedo te haga perder una gran oportunidad. Es una cuestión de fe y resilencia frente a la adversidad. Desde el punto más bajo de las acciones, el 23 de marzo, los grandes índices han dado un salto espectacular. El índice bursátil mundial MSCI estaba ya a comienzos de junio un 12% por encima de sus máximos anteriores a la crisis.

Y es que la bolsa acompaña bien la vida. En pleno enclaustramiento y donde todo parecía bloqueado, las bolsas mostraron fluidez, movimiento. Los GAFA (Gooogle, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) permitieron que las personas aisladas pudieran comunicarse normalizando en lo posible el día a día. Además, los GAFA tienen la potencia necesaria para estimular a medio mundo porque disponen de reservas de liquidez dignas de los bancos centrales. Ese puñado de acciones dieron señal de que el juego continuaba.

A medida que se entraba en una fase de apertura en las calles, las acciones relacionadas con los viajes, la restauración o los hoteles empezaron a mejorar sus cotizaciones, mientras que, al mismo tiempo, las economías entraban en una fase de reposición del inventario mundial que se había reducido a niveles críticamente bajos y debía reponerse nuevamente. El expresidente de la Fed, Alan Greesnpan solía decir que las recuperaciones comenzaban cuando arrancaban las fases de reposición de existencias.

El 25 de mayo, el Wall Street Journal declaró en su portada que "lo peor del confinamiento parece haber quedado atrás". Habíamos entrado en otra fase. 

A partir de ahí, había que apartar y dejar de lado los conflictos y demonios que amenazan a los distintos países y zonas. La pugna por el liderazgo mundial entre China y EE.UU. se focalizó en Hong Kong, donde quedó en entredicho su papel de bolsa y plaza giratoria de las finanzas internacionales entre China y el mundo desarrollado. Donald Trump evitó ahondar la crisis mientras en EE.UU. una revuelta por la muerte del joven negro George Floyd a manos de un policía inflamó EE.UU., desde Minneapolis a Nueva York. El movimiento contestatario se politizó al considerarlo algunos de sus líderes como "una parte de la marcha de este país hacia el progreso". Esa inclinación debilitó su impacto así como los disturbios que lo acompañaron. De manera que los mercados pudieron concentrarse en temas más lejanos.

El petróleo recuperó el precio de 40 dólares el barril mientras se iniciaba una reconstrucción en general de la economía por el lado de la oferta, a la que lamentablemente los países emergentes van tener dificultades para sumarse.

La vía de los mercados, especialmente los bursátiles, se han diferenciado de los aplicados en la Unión Europea con sus 750.000 millones de euros, basándose en deuda principalmente. Ante ello, el premio Nobel de Economía Robert Mundell, uno de los padres del euro, se ha mostrado en desacuerdo con lo que propone Bruselas y Angela Merkel "ya que el endeudamiento conjunto quita la responsabilidad a los estados y alienta el derrape de las finanzas públicas". 

Mientras, en la última encuesta de la Asociación de Inversores Individuales, los "toros" (los alcistas o "bulls") suben a 34,6% desde 33,1% mientras los "osos" (bajistas) caen a 38.9% desde 42,1%. Y hay que quizá tener en cuenta que pronto serán los Sanfermines.

El coronavius ha acabado dando la razón a los defensores de los mercados y la política monetaria sobre los que apuestan por la política fiscal como la gran brújula de las economías. Cuando se reanude la actividad, volverá la pelea.