Enric Juliana, formidable especialista en corrientes y en todo tipo de agitaciones de ultraderecha por la universidad Mary Poppins ⸺Aravaca of course o incluso of horse⸺ y bien apadrinado por el reputado profesor Steven Forti delle Veline, emitió sentencia por el tuister. Ayer. Redoble de tambores, por favor. Analizó sagazmente el chiste televisivo de los Bricoheroes, el del perro que ha aprendido a olfatear españoles, y respiró profundamente, satisfecho, las altas concentraciones de dióxido de azufre ya se podían calificar de evidentes, de innegables. Se sintió de nuevo el inquisidor Bernardo Gui ⸺Bernardus Guidonis en la lengua común⸺ moviendo exactamente la túnica como imaginó Umberto Eco en El nombre de la rosa, con un poco de afectación, tampoco pasa nada, también con la teatralidad del Drácula Béla Lugosi levantando la ceja. Juliana, como experto en el Mal en mayúscula, como sanador de almas y heroico vigía social, fue lacónico y preciso en su terrorífico diagnóstico, no había tiempo que perder: “salvinismo”. Leches, ya lo tenemos. Es decir, presten atención, el director adjunto del primer diario de Catalunya, identificó inequívocamente la ideología xenófoba all’italiana, específicamente de la marca de Matteo Salvini, el gran facha italiano, el príncipe de las tinieblas. En esto, como en todo, hay clases. Lluquets y Rovellons, vigilad mucho ahora que se acercan las fiestas y que en todo el país podréis volver a representar los Pastorets, que con este frío este año sí, este año sí que acompaña. El demonio puede estar por todas partes, donde menos te lo esperas, ñac y ñam y ñam. Don diablo les ha seducido y ahora posee el alma de estos pobres chicos, Peyu y Jair Dominguez, malogrados chicos, no tienen salvación. Y nunca lo habríamos imaginado, no, tan buenos y gentiles como parecían. Siempre saludaban. Los perros catalanes nunca han olfateado a españoles, sólo huelen a catalanes golpistas y anticonstitucionalistas, enemigos de la fértil cultura común, la de Quevedo, ese gran hombre que determinó que un catalán “es un ladrón de tres manos”. Ahora el chiste sí que tiene gracia y podrían pasarlo perfectamente por Radio Nacional de España.

Dicen los expertos que la Reductio ad Hitlerum o jugar la carta de los nazis (y similares) es una falacia argumentativa que desacredita a cualquier pretendido y precipitado analista político. Que cuando sacas esta carta es que ya no tienes más argumento y mejor que te calles. Porque estableces culpabilidades por asociación, no porque tengas ni la más remota idea de lo que estás diciendo. Hitler no fumaba, por tanto, todos los antitabaquistas son nazis. Salvini hace chistes sobre los extranjeros o sobre los de fuera, por lo tanto, bromear sobre los de otro país o de otra localidad, es un pecado mortal. Y así todo. Ya no podemos decir eso tan bonito de Terrassa, mala raça o Sabadell, mala pell. O que en Holanda sólo hay jugadores de fútbol y colipoterras, uy, eso ya no podemos decirlo porque existe una inquisición en marcha. El españolismo más grosero lleva años y más años intentando vincular al independentismo con la ultraderecha europea, cuando en realidad los Salvini, los Éric Zemmour y Marine Le Pen, con los que se abrazan es con Santiago Abascal y los chicos verdes de Vox. El independentismo catalán es tan nazi, mirad si es nazi que los nazis, los auténticos, los que acojonaron a todo el mundo y no los que se imagina Juliana, secuestraron y torturaron al independentista Lluís Companys, lo entregaron a los amigos de los nazis, a los franquistas, que le asesinaron. Y ahora le siguen insultando los herederos de los franquistas y amigos de los nazis. Fíjense si es nazi el independentismo catalán. Mientras no exista un ejército catalán nunca podrá existir la ultraderecha catalana. ¿Qué serían los Fasci italiani di combattimento sin las armas, qué serían las Schutzstaffel o SS sin armas de destrucción masiva, qué sería del españolismo sin las reiteradas amenazas del ejército español, de la policía y de la Guardia Civil, sin el formidable aparato de propaganda que tienen, con todos los medios atacando siempre al independentismo, con la cruel persecución judicial, y también con las cómicas y periódicas declaraciones de Joan Tardà en contra de la libertad de expresión de los independentistas?