Atención, ayer volvieron a sacar el Copón. No les basta con los siete jueces del Tribunal Supremo, ni con varios fiscales, con abogados del Estado, los rompepiernas de Vox, los policías nacionales y la Guardia Civil. No les basta con las manifestaciones españolistas de Madrid. Les fue menester, de nuevo, la intervención pública de Felipe VI, que aún hoy es rey de España y de Jerusalén, de Córcega y de Cerdeña, del Algarve, de Gibraltar, de las Indias Orientales y Occidentales, y de las Islas y Tierra Firme de la Mar Océana. Su Católica Majestad no estaba augustamente solo, no, venía con el otro indiscutible Copón, con Felipe González, que habló de un tema que le gusta mucho de abordar. Habló del Estao. Fue una primorosa disertación que completaba las palabras del rey sobre la ley, sobre la primacía de la ley en una democracia. Quizás se cree el monarca que acabamos de nacer. Tan ley es la ley de Normalización Lingüística —que incumple sistemáticamente el Estado español— como ley es la que da carta de naturaleza al Tribunal Supremo o la ley que reintrodujo el oso pardo en el Pirineo o a los Borbones en España. Todas son leyes, las unas y otras. Lo que hacen los diputados y gobiernos españoles son leyes de la misma manera que leyes son también lo que hacen los diputados y miembros del Gobierno de Catalunya, hoy injustamente encarcelados como presos políticos. ¿Por qué intentó independizarse Catalunya? Porque los independentistas ganaron las elecciones. Y puesto que ganaron limpiamente y democráticamente las elecciones promovieron nuevas leyes e ignoraron otras, necesariamente para llevar adelante su compromiso electoral separatista. ¿De dónde venía la legitimidad, el poder de los políticos independentistas para hacer y deshacer? De la ley. De la capacidad de legislar soberanamente cuando la mayoría de la ciudadanía catalana dio su confianza a los partidos soberanistas. Quién violó la ley no fueron los políticos presos y exiliados. Quien desobedeció la ley fue el Estado Español que sólo acepta el resultado de las elecciones cuando las gana Inés Arrimadas, la hija del policía. Cuando las gana el independentismo entonces los votos no valen, entonces los independentistas deben hacer de autonomistas porque lo han decidido ellos. O, si no, sacan a la policía y a la Guardia Civil. Y al ejército. Y amenazan con muertos. Y apalean a la gente indefensa que quiere ir a votar. La única ley que ven muchos ciudadanos es concretamente la del Embudo. La que permite que M. Rajoy esté en los papeles de Bárcenas, que sea un político corrupto, y que se pueda pasear tranquilo por Madrid mientras un político honrado como Oriol Junqueras está en Soto del Real. La ley.

¿De qué ley está hablando Felipe VI cuando habla de la ley? ¿De la ley europea que prohíbe que un Estado de la Unión utilice su ejército contra la población civil? Porque la Guardia Civil es un cuerpo militar y vive en cuarteles. Y se cebó con los catalanes el primero de octubre de 2017. ¿De qué ley está hablando el monarca? ¿De la ley que determina que el rey debe ser neutral y árbitro del diálogo? De la ley que exige la separación de poderes, la independencia de la justicia? ¿Por qué no se respeta esa ley? ¿Por qué los políticos españoles nombran obscenamente a los jueces? Pues porque si se respetara la ley, por poner sólo un ejemplo, la Infanta Cristina hoy estaría en prisión por ladrona, al igual que lo está su marido. ¿Esta es la ley que quiere Su Majestad filípica que se aplique? Todos sabemos que el sermón está dirigido sólo para nosotros, porque hay gente que se cree por encima de la ley. Cuando los aduladores del monarca, cuando los lameculos, hablan de respetar la ley ¿estamos hablando de la ley que hizo, recientemente, el Tribunal Supremo en contra de los bancos o la ley es la que luego inmediatamente cambió para favorecerlos en la contratación de hipotecas? ¿Debemos respetar también aquella ley hecha expresamente para el beneficio del señor Emilio Botín? ¿La ley que ha dejado libres y limpios como una patena a los banqueros Narcís Serra y Adolf Todó? Cuando se habla de la ley ¿es la misma ley que mantiene a Valtònyc en el exilio sólo por haber escrito unas canciones contestatarias que no tienen importancia alguna? Las leyes que permiten las injusticias de este mundo son las que antes o después acaban siendo derogadas, sustituidas, olvidadas. Como la ley que obligaba a cumplir el servicio militar. Como la ley que hace de nuestra pobre Catalunya una simple colonia de una monarquía hipócrita. No, cuando hablan de ley o de Constitución, en realidad no están hablando de ley o de la Constitución. Para ellos, la Constitución y la ley constan de un único artículo. España es indivisible. Punto. Esta es su Constitución y su única ley. Y la del Embudo. Todo lo demás les da exactamente igual. Precisamente es por esa razón que lo tienen completamente perdido.