No sólo es mentira. Saben claramente que sabemos que es mentira. En esto consiste el mensaje que nos quieren hacer llegar, el mensaje es este, que se sienten impunes. Creen que tienen el poder de hacer lo que quieran. Les da exactamente igual que la mentira no sea nada creíble. De hecho no es ni siquiera una falsificación, sólo es un pretexto. No parece que hayan falsificado pruebas, por ahora, ni que hayan provocado actos terroristas de falsa bandera para incriminar, posteriormente, a los independentistas. Hoy todavía no hemos llegado a ese punto. Por ahora no sabemos qué pasó realmente con el atentado islamista de la Rambla ni están dispuestos a responder las preguntas que todo el mundo se hace. Quieren que sepamos esto, que están dispuestos a hacer cualquier cosa para atemorizarnos, para que nos quedamos en casa, sobre todo quieren desmovilizarnos y que lo dejemos correr, que cambiemos de idea, que paremos ya. La amenaza y la represión es el proyecto político, nítido, que tienen para Catalunya. Tienen miedo, mucho miedo, porque creen en la posibilidad real de la independencia de Catalunya, creen en ella más que muchos catalanes, porque se han puesto a demasiada gente en contra, a independentistas y no independentistas, a catalanes y de otros países. Han ido demasiado lejos para sentarse ahora a dialogar y creen que los catalanes somos esencialmente un pueblo de cobardes, de avaros, un pueblo miserable al que hay que escarmentar para que continúe pagando y cerrando la boca muchos años más, indefinidamente. Nos quieren asustar porque sencillamente están muy asustados. Porque creen que si castigan a unos pocos indiscriminadamente, injustamente, acabarán arrodillándonos a todos.

Cuando me intentaron intimidar hace más de un año, cuando me acusaron injustamente de un delito de odio por haber escrito un simple artículo de opinión, pude observar un poco cómo se comportan, cómo reaccionan, como piensan. Saben que no tienen razón y es por eso que hacen lo que hacen, porque están convencidos de que con la crueldad y con el abuso nos derrotarán, y que no necesitan la razón para nada. Saben mejor que nadie que el independentismo es pacífico, dialogante y democrático. Saben perfectamente que el presidente Torra no es ni racista ni violento. Saben que las canciones de Valtònyc no merecen castigo y que los presos políticos y exiliados son sólo cabezas de turco, chivos expiatorios. Ahora les recomendaría que leyeran alguno de los libros de René Girard que lo explica muy bien, pero tendrán ustedes seguramente otras cosas que hacer. Me lo iba leyendo en la comisaría, Le Bouc émissaire, en las salas de espera del juzgado, en donde mi abogado también y me daba cuenta de la inmensa fuerza de cohesión social que tiene el sacrificio primitivo, la persecución, la violencia desprovistas de justificación racional. Me daba cuenta de la inmensa capacidad de corrupción y de deshumanización que tiene el poder sin control. Te quieren crujir, que el miedo te consuma, quieren hacerte comprender que te pueden arruinar la vida si quieren. Y que, de la misma manera que te perdonan por lo que no has hecho, también, por lo que no has hecho, te pueden aplastar. El mal es banal. Y el Estado es un Dios atávico y perverso que se alimenta de todas las formas de violencia.