Dice que esto no puede ser, dice que no te puedes tragar tanta injusticia, que la fuerza de la revolución es la fuerza que consiste en ponerle cordura a lo que estás viviendo. Por entre las rocas grandes, por entre los árboles cortados y atravesados para hacer las barricadas, mientras huyes de la policía represora, he aquí cómo va viniendo la revuelta en olas de la poesía, la altiva bandera de la insumisión, tozudamente levantada. Que esto no puede ser, colegas, peña, que esto no puede ser. Existen personas que van por los caminos más sensatos hacia lo absurdo mientras que existen otros que van por los caminos más alocados hacia la cordura. Ahí está la diferencia fundamental entre los que mandan y los que se rebotan. Estos revolucionarios no buscan una fiesta sin fin, como los banqueros incontrolados, no piensan en absoluto que no habrá un mañana, como los policías radicales que te meten una paliza con la porra. La revolución, cuando brota, cuando se desata, es la necesidad de hacer las cosas de otra manera porque no vamos bien. “No puede ser que las cosas se hagan tan mal”, me dice la Balas. De hecho su nombre de guerra es una manera de ponerle cordura al desorden. “Me llaman Balas porque en la escuela los profesores no sabían pronunciar mi apellido y lo decían mal. Y entonces, un amigo mío de la infancia, Martí, estableció definitivamente el nombre así, Balas, y a mí me gusta.” El Martí, ¿cuántos Martins necesitamos para poner nombres a cada cosa, a cada persona, cuántos profesores tenemos que se equivocan y cuántos Martins ponen remedio a lo que no puede ser?

“No te flipes tú ahora, ¿eh? Hay mucha juventud que no está nada preocupada, hay un buen grupo, una buena parte que pasa de todo. Debería estarlo porque será nuestro futuro y, si no hacemos algo, futuro, futuro, no lo será. Hay jóvenes que priorizan la fiesta y que no tienen conciencia de la situación grave que estamos viviendo. Y luego estamos los demás. Los que estamos sublevados compartimos una emoción, la rabia por todo lo que no funciona. Del mismo modo que estamos preocupados por el planeta, por la ecología. Hay una relación entre el ecologismo y el independentismo, la búsqueda del equilibrio. Estamos viviendo una revolución, no nos fijemos sólo en los disturbios, fijémonos en la revolución y aprendamos a pensar de otras maneras también. Sin estos contenedores en llamas, ¿quién sabe cuántos manifestantes habrían sido arrollados por la policía? El fuego es una protección. ¿Cuántos ojos más habrían arrancado? Cuando la gente sale a las calles cada día, y otro día, y otro, es porque hace falta un cambio. Porque nos tenemos que defender con barricadas.” Cuando oigo hablar, cantar, razonar a Balas, es cuando me doy cuenta que estoy tan guapo calladito, cuando aprendo mejor a escuchar. Cuando veo que muchos políticos hablan y hablan sin saber lo que dicen y que, en cambio, en contraste, hay gente que habla y sabe comunicar, hacerse entender, decir cosas con un mínimo de sentido común. “Nuestra revolución responde a muchas cosas, pero yo diría que el primero de octubre fue la gota que colmó el vaso. Ver como había gente totalmente pacífica y desarmada, atacada por aquellas bestias. No sé, abuelas que iban con la cabeza abierta y fueron caminando a otro centro para poder votar. Aquello me encendió. Siempre había estado enterada de lo que pasaba pero no estaba implicada como ahora. Ahora hago algo más que mirármelo todo de lejos y protestar en silencio, en mi casa. Yo lucho por una república igualitaria, justa, inclusiva, feminista y todas esas cosas que se dicen. Creo que podemos cambiar totalmente de rumbo y ser un modelo de país, ejemplar. ¿Por qué Catalunya no puede ser ejemplar? Un país implicado en los problemas de todo el mundo y los del planeta. En los disturbios de Salt la policía ha actuado con brutalidad, sin ningún miramiento. Una vez se han abandonado las barricadas nos han continuado persiguiendo, nos hemos dispersado pero ellos venga a perseguirnos. No, a mí no me han tocado, pero a mi compañero sí, nada grave, pero le han hecho daño. No, no quiero hablar de mí, pon en tu artículo que la policía actúa de manera desproporcionada. Que estoy todavía flipada por el sonido terrorífico del helicóptero, por el ruido de las balas de foam. Las sirenas siguen sonando en mi cabeza, pasadas muchas horas, aunque las tengo dentro de mí. No es una fiesta todo esto, aunque se vea muy bonito desde la tele. La tiranía no se combate desde el Twitter. Nadie hará nada por ti, ¿que no te das cuenta?” Sí, la última frase de la Balas es una de sus canciones. Próximamente en Youtube y tal y cual.