Mi amiga Eulàlia, una gran profesional que lleva toda una vida entregada al servicio del sistema público de salud, pasó por casa el otro día, y comentando la detención del presidente Puigdemont en Cerdeña, me reconoció que se asustó mucho.

-Pensé: ¡Dios mío, otra vez no! Prisión, juicio, volvemos a la calle... No sabes cómo respiré cuando lo soltaron.

-Así que quieres "pasar página", como Salvador Illa, le repliqué.

-Escucha -respondió airada- que yo soy independentista. Fui a votar el 1 de octubre y defendí mi colegio. He participado en todas las manis que han convocado la Assemblea y Òmnium desde desde el principio.

-¿Creías que la DUI nos llevaría la independencia?

-Hombre, no. No soy tan ilusa. Cuando vi tanta celebración ya me temí lo peor. Ahora bien, mucha gente se lo creyó y cuando veías a todo el mundo tan excitado pues también era imposible no contagiarse.

-Sin embargo, por lo que dices, parece que estés harta de procés.

-Un poco. Sí, señor. Sobre todo estoy harta de los políticos y de los partidos. Todo el día peleándose y dando vueltas a lo mismo, total por nada.

No volverá a producirse un estruendo político a corto plazo (mientras Puigdemont no sea detenido) pero en Catalunya no habrá una alternativa de Gobierno autonómico no independentista, por mucho que se enemisten los independentistas. Hay una llama que nunca se ha apagado y que nunca se apagará

-¿Ves la independencia o el referéndum muy cerca?

-He he, nooooooo.

-¿Arriesgarías tu patrimonio para conseguir la independencia?

-¡Anda! ¿Qué dices?

-¿Sabes cómo Canadá y el Reino Unido ganaron los referéndums del Quebec y de Escocia? Amenazando a los pensionistas que en caso de independencia dejarían de cobrar la pensión. Y los jubilados se movilizaron a votar en contra. ¿Tú qué harías, si estando jubilada te dijeran que te quedarías sin pensión?

-Hombre, yo quiero la independencia pero no me puedo permitir quedarme sin pensión. Si la cosa fuera así creo que también aquí ganaría el 'no'.

-Entiendo que votaste en alguno de estos partidos que te cabrean.

-Sí, claro. ¡Qué remedio!

-Así que ahora ya no los volverás a votar...

-¿Qué quieres que haga? Yo siempre votaré independentista para que se me cuente como indepe y para que mucho o poco vayan empujando.

-Eres del "som i serem"...

-"Tant si es vol com si no es. vol". Pero indepe, eh?

El testimonio de Eulàlia me parece tan representativo de la mayoría social soberanista que creo que describe con precisión el estado de la Nación cuatro años después del 1 de octubre y en la semana en que el Parlament ha celebrado el Debate de Política General más previsible de la última década.

Hemos pasado del "tenim pressa" para ir contra la pared al compromiso de tirar millas hasta que vuelva a llegar un momento oportuno. Todo ello significa que no volverá a producirse ningún estruendo político a corto plazo (mientras Puigdemont no sea detenido) y que en Catalunya no habrá una alternativa de Gobierno autonómico no independentista, por mucho que se peleen los independentistas. Hay una llama que nunca se ha apagado y que nunca se apagará como es la voluntad de ser de los catalanes. Lo escribió Jaume Vicens Vives: "La vida de los catalanes es un acto de afirmación continuada ... En Catalunya el móvil primario es la voluntad de ser"… a partir de ahora independentistas.

P.S. Ahora bien, difícilmente se hará efectiva la voluntad de ser si cuando pasan cosas importantes en Catalunya, como el Automobile Barcelona, los protagonistas son el Rey de España y el presidente del Gobierno español porque los representantes catalanes se esconden bajo las piedras. Esto ya no es renunciar a la confrontación con el Estado, esto es toda una declaración de insignificancia política.